Capítulo 53: Solo dilo.

49 15 4
                                    

Como negarme a sus labios, no recuerdo haberlo hecho en el pasado, solo recuerdo que Robert me dijo que el me había besado. Me aleje un poco de el, por miedo a lo que sentía cerca de el. Sus abrazos y besos en la frente me hacían sentir segura. Pero al estar casada con Robert no me podía permitir sentir algo mas, ademas somos hermanos adoptivos, no se por que no llevamos el mismo apellido, pero le digo padre a su padre, eso debe significar algo. Pero ya era tarde, una vez pude tocar esos suaves, rojos y tiernos labios, que me daban unos dulces y tiernos besos, los cuales me ponían a sudar en lugar inimaginables, creo que no podía parar.

-No quiero que nos vean. -Susurré.

-¿Patricia sabe que estas aquí? -Pregunto en la misma forma.

-Si. -conteste algo confusa con su pregunta.

-Pues descuida, nadie nos va a molestar. -Me beso nuevamente con pasión y me deje llevar libremente. Me subí encima de su cintura y tomo mis piernas para sostenerme. La cama grande estaba ocupada por los niños, pero me llevo a la pequeña, que se encontraba al otro extremo de la habitación. No me importa la presencia de los niños, tenían el sueño pesado igual a su madre.

En otro caso, George me quito mi vertido y yo lo ayude a despojarse de su ropa, todo era perfecto. Sus manos estaban recorriendo mi cuerpo con suavidad. Me hizo jadear aun antes de comenzar a penetrarme, todo iba bien. Me sentía bien como el día anterior, creo que mejor, ya que sabia como complacerme. Sus labios comenzaron a caminar sobre mi piel otra vez y me sentí libre de dejarlo actuar. El día anterior tuve miedo, pero en ese momento, sus manos y sus labios me hicieron entender que en verdad conocía cada parte de mi piel. Llego a mi parte sensible y quise gritar, pero solo lo contuve dentro de mi, sus labios rosaban con suavidad y ternura, pero ya no quería que me complaciera solo a mi, quería hacer de nuestros cuerpos uno solo.

-Hazlo de una vez. -Susurré.

-¿Puedo decirte algo.? -cuestiono ansioso. Yo estaba algo fastidiada, pero me daba igual, en su mirada sabía que esto no quedaría aquí.

-Dilo. -soné algo desesperada para que hablará y continuara con lo que ya hacíamos.

-Te amo.

Con esas palabras nos hundimos mas profundo que en un principio. Fue un te amo sencillo y sincero, lo sentí. Al igual que a el mientras entraba dentro de mi, una y otra vez, no pude evitar jadear, creo que hasta arañe su espalda, en verdad que no pude evitarlo. Era tanto el placer que no quería que terminara. Pero desde que alcance el clímax otra vez, quedo también al máximo y cuando cayó en la cama, caí encima de su pecho ya algo agotada por lo que acababa de pasar.

-¿Como es que me puedo sentir así contigo? -cuestione jugueteando con mis dedos encima de su pecho.

-¿Así como? -cuestiono mientras Acariciaba mi cabello.

-Especial. -Susurré algo avergonzada.

-Sera porque pienso que lo eres, y mis caricias y mis besos te los transmiten. -Se escuchaba tan seguro de sus palabras y a la vez tan tierno que sólo quería enloquecer. Pero aún sobre todo eso tenía una duda.

-¿Esto pasaba en mi vida anterior? -Pregunte, en su silencio note dudas, pero insistí. -No quiero que me digas todo, solo dime eso. -casi le suplique.

-Si, siempre estuve cerca de ti para protegerte, también para hacerte mía, pero eso venia de ambos. -Su sinceridad me hizo reír. En definitiva, esto debía ser recuerdos y no sólo fantasías.

-¿Entonces me amas? -cuestione estúpidamente.

-Eso es obvio hasta para Geraldo y Robert. No se disimular eso ante nadie. -Me miro a los ojos fijo y sentí como me quiso transmitir todo lo que sentía. Sus ojos azules me tenían hipnotizada, la verdad me tenia loca con sus suave cabello, y la suavidad de su piel.

Los Williams.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora