Capítulo 32: !Sorpresa!

104 15 7
                                    

Hay estaba con unos dolores pendejos, no podía creerlo, era peor que enterrarte un cuchillo de espaldas. Y lo peor es que jamás me había enterrado un cuchillo. No podía casi ni respirar y encima lo peor de lo peor para mi en ese momento era Fatima, Patricia, y George los me tenían al borde con sus tontas preguntas, ya no podía articular nada. ¿Que porque no hablaste? ¿Que si estas loca? ¿Que si me creo súper Man? Y cosas ridículas como esas.

-Me duele! -Grite no solo para ignorar sus preguntas, sino por que ya me estaba consumiendo a mi misma con estos dolores infernales, los cuales solo aumentaban cada segundo.

-Un doctor! -Exclamaron todos algo preocupados.

-Maldición! Que dolor! -Clave mis uñas en las manos de alguien no sabia en las de quien, tenia los ojos cerrados y todos me agarraban.

-Me desgarras! -Con los gritos de Patricia supe que las manos arañadas eran las de ellas.

-Voy a parir! -Mi dolor era agudo y aun no aparecía nadie, cuando digo nadie, me refiero a un maldito doctor. -Diablos! Ya no aguanto!

-Un doctor! -Gritaron otra vez.

-La niña se pare encima! -Ya si estaba loca patricia, no sabia ni que decir, juro que sino fueran por los dolores infernales con los cuales lidiaba en ese momento me hubiese reído hasta mas no poder.

-¿No hay un estúpido medico? -Grito Fatima algo molesta ya por la situación.

-¿Que pasa señorita? -Al fin apareció un enfermero. -¿En que le puedo ayudar.? -Su comentario me pareció tonto, y lo jale por su ropa de enfermero con mucha ira y lo lleve hasta mi rostro, mientras me partía del dolor.

-No se si estas ciego, pero mis malditos gritos... -Casi lo dejo sordo con mi grito. -No son de alegría. -Dije con una risa sarcástica, entre todo mi puto dolor. Si que parecía un ser totalmente diferente.

-¿Que tiene señorita? -Pregunto el idiota, juro que mis ganas de matarlo aumentaban a cada segundo.

-¿Eres tonto o te haces? -Grito patricia.

-Esta por parir! -Gritaron todos.

-Saquen esto de mi! - Dije eufórica refiriéndome al bebe.

Gritaba fuerte. Otros enfermeros llegaron al junto de un doctor, y George me subió a la camilla, comenzaron a llevarme a la sala de partos, en realidad a otra. No fui a la misma que Amelía, estaba en otra. Como me hubiese gustado compartir este momento con ella.

-Solo puede ir el padre. -Comento el doctor ya que todos nos seguían a la sala del parto.

-No esta! -Dijimos George y yo.

-Es el! -Gritaron Fatima y Patricia.

-¿Esta o no? -Dijo el doctor algo confuso y molesto.

-Yo!

-El!

Dijimos ambos.

-Ya ven conmigo! -Grite mientras lo agarraba por el cuello.

Se abrieron las puertas de la sala de parto y se cerraron luego, dejando a Fatima y Patricia del otro lado de la puerta, yo estaba dentro con un dolor insoportable, no puedo ni explicarlo, me estaba sintiendo muy adolorida, tanto que quería morir.

-No puedo!

-Tu puedes pequeña! -Decía George.

-Me duele!

-Vamos como lo ensayamos, respira y suelta. -Decía mientras tomaba aire y lo soltaba.

-Quiero epidural! -Grite tomando a George, por la bata verde que le habían colocado.

Los Williams.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora