2.

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Aquel pobre chico debía de estar loco, ¡pobre! era realmente guapo, pero estaba chalado. Me senté en la cama y decidí irme de allí en cuanto antes, no sabía si podía ser peligroso o no.

_¿Dónde cree que va la princesa?

Miré al chico, me miraba con una sonrisa de sabelotodo en el rostro, me fijé bien en él...pero...¿Qué coño era eso que tenía en la cabeza? ¿Estaba en una fiesta de disfraces? ¡Tenia unos cuernos rojos¡

_Si, nena, me imagino lo que estás pensando...y sí, soy un demonio.

Tenía que salir de allí, definitivamente estaba loco.

Me levanté y me dirigí hacia la salida sin decirle nada.

Me impidió llegar a la puerta, puso su cuerpo delante de ella impidiéndome escapar de allí. !Lucía una gran sonrisa, se lo estaba pasando en grande¡

Comenzaba a preocuparme.

_Necesito irme de aquí, mi hermano estará preocupado, yo no sé porque estoy aquí_ contesté casi en susurro

_Nena ya te lo he dicho...estamos muertos. Tú y yo.

Intenté quitarlo de la puerta, pero era imposible mover ese cuerpo lleno de músculos.

_Creo que deberíamos comenzar por el principio. Me llamo Jack, y soy un demonio de cuarta generación. No sé que coño pasó con mi coche, venía conduciendo y no me respondieron los frenos, creo que sentí un pinchazo en las ruedas...no lo sé. Toqué la bocina varias veces para avisarte y entonces vi cómo salvabas a tu hermano apartándolo del camino, pero no pude frenar, chocamos y los dos fallecimos en el acto.

 Toqué la bocina varias veces para avisarte y entonces vi cómo salvabas a tu hermano apartándolo del camino, pero no pude frenar, chocamos y los dos fallecimos en el acto

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Yo miraba aquel chico ¡me gustaría poder ayudarlo! pero...no tenía tiempo, tenía que buscar a Miguel y olvidarme de este extraño día.

_No me crees¡¡¡¡ Ay ¡¡¡¿ Por qué cuando digo la verdad nadie me cree? _Se pasaba las manos por el pelo una y otra vez, se estaba poniendo nervioso.

_Te llamas Cassandra, vives con tu padre borracho y te has ocupado de tu hermano desde que hace cinco años tu madre se murió. ¿Estoy en lo cierto?

Asentí con la cabeza.

_Trabajas en una mierda de sitio, guardas la comida que dejan los clientes para poder comer, de vez en cuando robas algún yogurt de la nevera del restaurante, pero nunca has robado dinero. Lo que te pagan es para la ropa y para mantener las apariencias con la funcionaria de asuntos sociales, Ingrid. Que por cierto es un ángel de segunda generación. Dentro de tres meses serás mayor de edad, tus planes eran largarte con tu hermano, lejos del cabrón de tu padre.

Estaba alucinando ¿Cómo sabía todo eso de mí? ¿Me había espiado? Él siguió hablando.

_Compras ropa, libros..casi todo el dinero que ganas lo gastas en él, para que en el colegio no noten que tu padre os descuida, porque si lo hicieran Miguel iría a parar a una familia de acogida y eso no lo podrías permitir...se lo prometiste a tu madre antes de morir. ¿Sigo, nena?

Estaba llorando, aquel desconocido había descrito mi miserable vida en unas pocas palabras, oyéndolo a él, decirlas así, tan fríamente, parecía que no hubiese sido nada. Que no hubiese sacrificado toda mi vida por aquella promesa. Pero este chico...¿Cómo puede saber todas estas cosas? Esto tiene que ser un mal sueño.

_¡¡¡Asúmelo¡¡¡ _me susurró demasiado cerca de mi cuerpo.

Me tomó las manos y acarició mis mejillas limpiando las lágrimas que resbalaban sin control por mi rostro.

_No llores más ¡nunca me han gustado las chicas lloronas! Ahora podrás vivir todo lo que no has vivido, podrás disfrutar de lo bueno, salir, beber, tener sexo...hacer lo que te de la real gana. Nena...nos vamos al puto paraíso¡¡¡ _Subía y bajaba las cejas de un modo muy sexy, con una pícara sonrisa en su cara de ángel.

Me solté de su agarre...

_¡Yo no me voy a ningún sitio! Esto no puede ser verdad.

_¿Quieres comprobarlo por ti misma? ¡está bien!...acércate a la ventana, puedes abrirla y gritar, pedir ayuda...nadie te oirá y nadie te verá...estamos muertos, cariño.

Me acerqué a la ventana, mientras le oía refunfuñar de lo desconfiada que era y no sé que más cosas desagradables de mí.

La abrí. Pude comprobar que era un primer piso, la gente iba de un lado para otro, los coches seguían su camino, parecía un día normal como otro cualquiera. Grité y grité, pero nadie miraba hacia arriba, nadie me veía, ni me oía...mi cuerpo comenzó a temblar ¿Podía ser cierto?

Estaba muerta y nunca había vivido.

MI SEXY DEMONIO#Wonderland2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora