MI SEXY DEMONIO#Wonderland2016

17.

HOT, HOT...de nuevo

Después de oír sus carcajadas desde la cocina, estaba enfadada con él. ¿Era tan malo intentar que hablase un poquito mejor?.

Cogí un libro de la estantería, todos eran muy apropiados: eróticos, demoníacos, de conjuros y brujas...caray ¡ni un solo libro normal¡

Me decidí por uno erótico, quería aprender, leer y poder poner en práctica mis conocimientos con ese maldito demonio que hacía calentar mi cuerpo con una sola mirada.

Estaba enfrascada en la lectura cuando lo tenía sentado a mi lado.

_Mmmm estaba poniéndome caliente en la habitación, no podía concentrarme en el trabajo y me preguntaba qué estaría haciendo mi chica mala¡¡¡

Miró el libro: _No es de los mejores, pero no está nada mal para empezar.

Me besó, nos fundimos en un beso profundo y mi enfado se esfumó al igual que mi ropa interior. Cuando quise darme cuenta estaba desnuda encima de ese hombre.

Se había quitado la camisa y los pantalones a la velocidad de la luz.

Los dos desnudos en el sofá.

Me colocó encima de él. Precisamente había leído en el libro un capítulo muy interesante sobre esta postura... ¿Es que siempre sabe lo que pienso?

No besamos, lamí su cuerpo y él el mio, hasta que no podíamos más.

Me movía encima de él, excitándolo. Cuando su miembro rozaba mi clítoris, no podía dejar de restregarme como una gata en celo. No soportaba sentirme vacía. Me había vuelto adicta a su pene.

Metí su miembro en mi interior. Sentí morirme de placer.

Comencé a subir arriba y abajo, él marcaba el ritmo sujetándome las caderas.

Estábamos sin control, fue rudo, intenso, nuestros jadeos y gritos inundaron el salón. Cada vez con más ansias, nos devoramos el uno al otro. Estallamos juntos, a la vez. Nuestros cuerpos y nuestras almas habían llegado al cielo de los orgasmos.

_Te quiero, Cass. No sé cómo ha ocurrido pero te amo.

Miré a mi hombre, porque ya nadie me podría separar de él. Mis miedos y mis inseguridades se quedarían en la tierra con la antigua Cassandra. Yo ya no era esa persona. Ahora sabía qué era el amor y no pensaba renunciar a él.

_Yo también te quiero Jack.

Nos duchamos juntos, jugamos, nos reímos...eramos felices. Nos vestimos de nuevo para acudir a la cita con los padres de acogida de Miguel. Quería ver con mis propios ojos que estaba bien antes de despedirme definitivamente de mi vida .