STRESS

capítulo 21: "¿Novios?"

Han pasado alrededor de dos meses desde el incidente con mi padre. Mis nervios están a punto de colapsar y mi mente ya está destruida, me la he pasado buscando y buscando alguna pista para encontrar al asesino pero es imposible, en una ciudad tan grande las posibilidades de encontrar a alguien desconocido son muy limitadas cuando tienes apenas quince años de edad, no me estoy subestimando porque yo sé que todo es posible y más si ocupas tu cerebro pero ya siendo realistas mis posibilidades de encontrarlo son casi nulas.

El colegio ha sido un asco siempre pero ahora sobrepasa eso límites, mis notas han bajado notablemente y estoy más distanciada, mis amigos se alejan cada vez más de mí, en especial desde que se mudó definitivamente Natalie a Alemania, sabía que en algún momento se iría pero no me imaginaba que fuera tan temprano. Ya me he acostumbrado a las miradas curiosas por los pasillos y cómo me ven ¡Como si yo fuera un fenómeno! Pero está bien, no los culpo, pues mi aspecto ha empeorado con el paso de las horas.

Ahora cuando me veo en el espejo veo a una chica alta de ojos esmeralda hinchados, largos cabellos enredados y despeinados, con piel blanca y una cara de espanto. Usualmente tengo los ojos muy abiertos porque me da miedo parpadear y qué pase otra desgracia, porque así fue exactamente como pasó aquel día. Mi reflejo es una vergüenza ante mis ojos, ya no hay nada lindo ni atractivo en mí, mis labios están más hinchados por tanto llorar y mis ojos están tan desgastados que cualquiera me confundiría con un muerto. Me doy asco.

Mis pesadillas han incrementado preclaramente y los recuerdos surgen a flor de piel en mi subconsciente, los recuerdos no paran de surgir todo el día haciendo imposible para mí mantenerme concentrada en las clases.

Mi peso ha disminuido debido a que mi apetito ha desaparecido en casi toda su totalidad, la comida no se ha convertido más que en otra cosa sin importancia al igual que todo lo que supone que me debería gustar como los amigos, la moda, los estudios, mi apariencia, mis deseos y mis sueños...ya nada tiene importancia para mi alma.

Ethan...él no se merece todo lo que le hago pasar ¡Soy tan estúpida! ¡Él no se merece nada de lo que yo le hago solo porque estoy emberrinchada con el mundo! ¡Porque simplemente lo odio todo al igual que a mí misma! Sus lágrimas han incrementado debido a mi insensibilidad hacia su a amor por mí, he intentado que renuncie a su amor por mí pero es inútil...él no deja de intentar sacarme una sonrisa a diario ¡No me merezco tal amor! ¡Yo no soy la indicada para amar!

Hace unas semanas Ethan y yo tuvimos nuestra primera pelea estúpida por una cita. Él y yo fuimos a un restaurante de comida mexicana, en la cual nos la pasamos bien hasta que llegó la cuenta, Ethan no quería que yo pagara pero me reusé porque no me gusta sentirme el parásito de alguien, tuvimos una pequeña discusión pero se agrando cuando fui al baño y cuando regresé encontré la cena ya pagada, eso me sacó de mis casillas. Pero a los dos días resolvimos el estúpido problema como siempre lo hacemos, empezamos gritando y terminamos besándonos. No me quejo, me encanta que lo haga.

Mi madre ha superado su etapa depresiva, parece que entre más sale yo me adentro, la depresión tal vez esté dejando su sistema pero la intolerancia y el enojo han reemplazado su lugar. Ella no deja de gritar de regañar todo el día, todos los días. Me ha tocado hacer los desayunos y cenas, meter la ropa a la lavadora y secadora, limpiar las mesas, ordenar los cuartos y cuidar de mis hermanos los últimos meses desde la muerte de papá.

Cuando alisto a mis hermanos para ir al colegio un dolor incomprensible se apodera de mi cuerpo cuando no los veo sonreír, ya no lo hacen tanto como antes, ya nada es como antes.

Todo ha cambiado, no soporto este año, quiero que termine ya de una vez por todas pero apenas vamos casi a mitad de año. Mi corazón se ha convertido en una llaga en un mar de ácido.