-¡Papá!.- bajo las escaleras en medio de tropezones gritando por mi padre.-¡PAPÁ!.
La puerta que lleva al cuarto de Sara se abre rápidamente y mi padre sale tambaleándose e intentando enfocar la vista.
-¿¡Que ocurre!?.- mira hacia mi dirección asustado y agarrándome de los hombros- ¿Estas herida?.- me examina la cara y el cuerpo.
Las otras tres puertas del pasillo se abren y las cabezas de los muchachos se asoman mirando sin entender.
-¿Qué ocurre?.- Sara sale al pasillo también atando el cinturón de su bata.
-Paz, ¿Qué ocurre?.- pregunta mi padre llamando mi atención.
-No hay internet.- miro horrorizada mi celular sin conexión- Dios papá, ¡no tengo internet!.
Mi padre me mira fijamente y escucho las risas de los gemelos y el suspiro de Fox.
-¿Todo este escándalo porque no tienes internet?.- dice Sara.
-¡Claro!.- le tiendo mi teléfono para que vea y ella lo agarra topemente- Estoy totalmente incomunicada con el mundo.- comienzo a darle tirones a mi cabello y a caminar de un lado a otro- Necesito hablar con personas. Estar informada sobre gente importante.
-Paz...- mi padre restriega sus ojos en gesto cansado.
-Pat no sabe que no tengo internet.
-Paz...
-Necesito descargar música y hacer mezclas, no puedo estar desconectada yo...
-¡PAZ!.- es grito de mi padre me deja muda.
Las otras tres puertas se cierran silenciosamente y me dejan a solas con Sara y mi padre.
-No puedes hacer semejante escandalo a las tres de la madrugada solo porque no tienes internet.- dice mi padre enojado.
-Pero...
-No Paz.- me interrumpe- Aquí no hay internet y será mejor que te acostumbres.
-Papá no entiendes yo necesito realmente el internet.- digo seria y tratando de no gritar.
-Paz cariño,- la voz de Sara es más moderada que la de mi padre- Aquí es un poco complicado que haya internet, por más que lo pidamos ahora mismo tardaría cerca de una semana en venir a instalarlo y seria de mala calidad. El pueblo más cercano está a tres horas de aquí y, a menos que sea una emergencia, las personas que vivimos en esta zona queremos estar lejos de la contaminación de la ciudad.
-¡Yo necesito esa contaminación!.- digo a punto de colapsar.
-Paz, baja la voz.- mi padre suspira.
-Haremos algo.- dice Sara dándome de nuevo mi teléfono- Mañana a primera hora mandare a Fox al pueblo para que contrate el servicio de internet.
Yo comienzo a saltar de alegría pero ella me detiene.
-Pero con una condición.
-¿Cuál?.
-Tienes que hacer el trabajo de Fox en su lugar, le tomara varias horas la ida y la vuelta.
-Sí. ¡Sí!, todo sea por mi preciado internet.- abrazo a Sara haciendo tambalearse.
-Estás loca niña.- se queja mi padre entrando a la habitación nuevamente.
-Lo herede de ti padre querido.- riendo por mi comentario Sara vuelve a la habitación y cierra la puerta.
Más tranquila vuelvo a subir a mi cueva y cierro la puerta trampilla que me da mi privacidad.
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El sobrino.
RomancePasar de vivir en una gran ciudad, rodeada de gente glamorosa, fiestas, luces brillantes y mucha tecnología a un rancho rodeado de animales apestosos, infinidad de kilómetros de campo y con cuatro muchachos con la mentalidad de un neandertal cachond...