-¿Te vas a quedar allí mirando con cara de miedo o vas a ayudar?- la voz de Jimmy me saca del trance.
-¿Qué... que debo hacer?.- pregunto entrando al pequeño compartimiento.
Jimmy pasa su mano suavemente por el vientre de la yegua.
-Tranquilízala, háblale.- dice sin mirarme.
-¿Qué?.- digo sin entender.
Se pone de cuclillas frente al animal y me mira, sus ojos celestes brillan por la tenue luz que nos rodea.
-Haz de cuenta que es una persona, ella está nerviosa y asustada.- acaricia suavemente el pelaje.- Es su primer potrillo.
-Okay.- me acerco hasta la cabeza la yegua y acaricio su hocico suavemente.-¿Cómo se llama?.
-Luna.- murmura extendiendo las mantas en el suelo.
-Tranquila Luna, ya acabara pronto.- rasco sus orejas mientras le hablo despacito- Si me hubieran dicho que estaría hablándole a un caballo hace una semana me hubiera descostillado de la risa.- digo a Jimmy.
-Sí, es difícil imaginarte haciendo esto con tu extravagante forma de ser.- dice con humor en su mirada.
-Soy única.- le lanzo un beso.
-Eres extraña.- responde.
-¡Oye!.
Está a punto de responder pero Luna se queja haciéndome asustar.
-Ya está en la última etapa.- dice Jimmy posicionándose en la parte trasera de la yegua.
-¿Tengo que hacer algo?.- pregunto asustada.
-Solo háblale despacio, terminara en menos de lo que te des cuenta.
Y así pasamos la noche, fue la experiencia más alucinante que eh vivido. Yo pensé que sería algo más asqueroso con la sangre, los gritos y todo eso. Los detalles asquerosos quedan en último lugar cuando el milagro del nacimiento ocurre, los pájaros cantan en el exterior y el sol se filtra débilmente por las rendijas del techo y paredes cuando el potrillo termina de nacer. Jimmy sin inmutarse por la sangre u otros fluidos repugnantes lo agarra delicadamente y rápidamente lo frota con una de las mantas.
Luna se mueve intentando ponerse de pie en busca de su bebé.
-Tranquila chica.- murmuro intentando que este quieta.
Jimmy lo limpia concienzudamente y lo deja junto a su madre.
-Aléjate.- me aparta de Luna y damos unos pasos más.
Observo embelesada como Luna olfatea a su cría y esta busca a su madre.
-Es alucinante.- murmuro.
Jimmy.
Su voz es solo un susurro, su mirada gris no se despega del potrillo.
Para mí no es nada nuevo el presenciar un nacimiento pero no debo olvidar que ella no es de por aquí.
Luna se levanta del suelo en un movimiento brusco haciendo que Paz se asuste y retroceda.
-No seas miedosa.- digo apartando las mantas del suelo para que Luna este mas cómoda.
-Solo me sobresalte.- responde a la defensiva.
Algo que descubrí de ella es que no le gusta ser subestimada o criticada. Ella siempre tiene que tener la razón en todo, una típica niñita malcriada, una niñita malcriada que me vuelve loco.
El potrillo hace su primer intento para ponerse de pie, se levanta vacilante y sus pequeñas y flacas patas tiemblan al soportar su peso. A pesar de ser el primer potrillo de luna nació sin complicaciones, su apariencia es sana pero de todos modos debo ir a al pueblo a buscar al veterinario para estar más tranquilo.
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El sobrino.
RomantikPasar de vivir en una gran ciudad, rodeada de gente glamorosa, fiestas, luces brillantes y mucha tecnología a un rancho rodeado de animales apestosos, infinidad de kilómetros de campo y con cuatro muchachos con la mentalidad de un neandertal cachond...