-¿Estas segura que funcionará?.- tirados en el pasto del parque que queda a unas calles de mi casa Pat y yo afinamos los últimos detalles de mi plan.
-Sí, escucha.- me incorporo y me quito los lentes de sol.- Yo voy sin quejarme y obedeciendo en todo a mi querido padre y cuando se confirme la fecha de la audición me escapo con tu ayuda, gano y después le digo adiós a todos y nos vamos los dos a ser felices y famosos.
-Estas muy convencida de que ganaras.- eleva una de sus cejas perfectamente cuidada.
-Es porque lo hare.- vuelvo a recostarme a su lado.
-Creo que es una buena idea pero ten en cuenta que no sé cuánto tiempo tardara en ponerse en contacto conmigo.
-Eso no importa, aguantare el tiempo que sea necesario.
-Como tú digas.
-Aprovechare el tiempo para practicar un poco.
Permanecemos en silencio unos minutos cuando Pat se incorpora haciéndome asustar, se quita sus enormes lentes de sol y clava sus ojos marrones en mí.
-¿Qué ocurre?.- le pregunto sentándome también.
-¿Tienen electricidad allá?.- su cara se horroriza mas-¿ E internet?, ¡dios Paz!.- agarra mis hombros y me sacude de forma dramática.- ¡Tú no puedes vivir sin internet!.
Me rio por su dramatismo.
-Pat estamos en pleno 2016, no existe lugar en el mundo sin conexión a internet.
-Sí, tienes razón.- suelta mis hombros y vuelve a ponerse los lentes.
Mi móvil suena con el tono de Tiburón, esa musiquita tan conocida de la película que puse para cuando mi padre me llama.
-Padre.- respondo poniendo los ojos en blanco.
-Paz te quiero en la casa en cinco minutos, acaba de llegar el camión de mudanza y a menos que quieras que tus aparatos vallan junto con los muebles te recomiendo venir rápido.
-¡Que nadie toque mis cosas!.- corto la llamada y me levanto del suelo.- Debo irme.
Le doy un beso rápido a mi desorientado amigo y salgo corriendo hacia mi casa.
Jadeando luego de correr por cinco manzanas entro a mi casa esquivando a un gordo y sudado hombre que carga nuestro televisor.
-Ya estoy aquí.- digo cuando veo a mi padre.
Él me hace señas pero no despega el teléfono de su oreja, seguro está hablando con esa...
Subo las escaleras hasta mi cuarto y no me sorprendo al encontrar todo en cajas menos mi amada consola, mi laptop y mis auriculares.
Con todo mi esmero y cuidado envuelvo todo con plástico de burbujas y lo meto en sus respectivas cajas al igual que a mis vinilos y CD's .
Miro por última vez mi habitación, es difícil dejar el lugar donde crecí. Aquí eh vividos cosas muy buenas junto a Pat, sola o con mi padre. Mi pared con fotografías ahora esta vacía, Las paredes rosa que tanto odio se harán extrañar.
-¡Paz!.- mi padre grita desde abajo.
-¡Ya voy!.- dejándome de sentimentalismo salgo del cuarto con mis aparatos a cuesta y me resigno a lo que voy a tener que vivir durante las próximas semanas.
El único consuelo es que voy a poder practicar y estar conectada con todos a través de internet.
No creo que sea un lugar tan malo después de todo.
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El sobrino.
RomancePasar de vivir en una gran ciudad, rodeada de gente glamorosa, fiestas, luces brillantes y mucha tecnología a un rancho rodeado de animales apestosos, infinidad de kilómetros de campo y con cuatro muchachos con la mentalidad de un neandertal cachond...