Sus manos están por todas partes, su boca no me suelta y su pesado pero fuerte cuerpo me hunde en la cama.
Rodeo su estrecha cintura con mis piernas para atraerlo más hacia mí, necesito su calor.
Su boca se separa de la mía y comienza un camino de besos hasta mi cuello, mi respiración se hace trabajosa y cierro los ojos para sentir más.
Sus besos siguen hasta llegar a mis pechos y siento como se detiene, espero unos segundos y al notar que se quedó totalmente quieto abro los ojos, lo encuentro mirando nervios mis pechos.
-¿Qué ocurre?.- murmuro con voz estrangulada.
-Yo no sé...
-No tengas miedo Jimmy.- murmuro.
Mi corazón se calienta al ver la duda en sus ojos su nerviosismo, me dan ganas de reír pero sé que si lo hago se ofenderá y lo heriré.
Me incorporo hasta quedar sentada frente a él.
Me quito la bata y la tiro al suelo, llevo mis manos hasta el broche del sostén y lo desabrocho. Lo oigo tragar nervioso cuando quedo denuda frente a él.
Sus ojos están clavados en mis pechos que suben y bajan por mi reparación trabajosa.
Agarro una de sus manos la llevo hasta uno de mis senos.
Me estremezco internamente al sentir su cálida y áspera mano en mi piel desnuda.
Él mira su mano allí, el contraste de piel entre ambos se hace más notorio.
-Esta noche se trata de ti, - me acerco a su boca para besarlo- este es un regalo de mi para ti.- muerdo su labio despacio.
Sin decir ninguna palabra me devuelve el beso, un beso tortuosamente tierno que hace que me derrita en sus brazos. Nos acuesta nuevamente en la cama mientras sus manos acarician mis senos, los toca con delicadeza; como con miedo de lastimarme.
No estoy acostumbrada a ir tan lento, tanta ternura y delicadeza no es lo mío pero tengo que ser paciente.
Es extraño y casi cómico que yo sea la que este pensado esto, siempre son los hombres los que les sacan la virginidad a las mujeres no al revés.
Siento como sus manos bajan hasta mi cintura y engancha sus dedos en mis bragas, duda unos segundos pero finalmente comienza a deslizarlas por mis piernas. Va dejando un rastro de besos por todo mi torso mientras me denuda, me retuerzo de placer e impaciencia.
Nuestras respiraciones son cada vez más pesadas y el ambiente se carga de energía intensa.
Cuando finalmente quedó totalmente desnuda ante él se separa para apreciarme, nunca fui una chica pudorosa pero su escrutinio me hace sentir tímida. Sus pupilas dilatadas, sus mejillas sonrojadas y ese hermoso par de labios entre abiertos en busca de aire. Su piel está cubierta por una fina capa de sudor, sus fibrosos brazos marcados con venas sobresalientes, ese perfecto paquete de abdominales y esa intrépida V que lleva hacia algo que quiero desesperadamente.
Podría tener un orgasmo de solo verlo así.
-¿No deberías desacerté de algo tú también?.- pregunto elevando una ceja y bajando mi mirada hacia cierta parte de su anatomía.
Sin dudarlo dos veces se separa de mi para pararse frente a la cama y baja su bóxer, lentamente haciéndome sufrir.
Dejo salir un suspiro al verlo totalmente desnudo, es perfecto de pies a cabeza. No entiendo como nunca tuvo a una mujer antes.
Su cuerpo es masculinidad pura; musculosa, fibrosa y gran masculinidad.
Se vuelve a reposar sobre mí, ambos temblamos al sentir nuestras pieles juntas; esto es algo mágico, nunca sentí algo igual.
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El sobrino.
RomansaPasar de vivir en una gran ciudad, rodeada de gente glamorosa, fiestas, luces brillantes y mucha tecnología a un rancho rodeado de animales apestosos, infinidad de kilómetros de campo y con cuatro muchachos con la mentalidad de un neandertal cachond...