El sobrino.

Capitulo 15: Todo arruinado.

Arruine todo, ella me odia.

Desde anoche no me mira ni me habla.

La observo dormir desde el espejo retrovisor.

Hace unas horas cerro sus ojos y duerme apoyada en Silas.

-Déjala.- despego mi mirada de ella y la dirijo a Fox que esta conduciendo.

-Me siento como un idiota por lo que hice.- respondo suspirando.

-Es una mujer Jimm, dale un par de días para que su temperamento se calme.- se encoje de hombros.

Fox sabe de lo nuestro, no tuvo que deducir mucho después de que prácticamente le gritara para que me deje ir junto a Paz anoche. El alcohol hizo que mi cerebro tuviera un ataque de sinceridad y derramara todo lo que paso entre nosotros. Él no está muy feliz, pero no me importa. No me importa lo que los demás piensen, yo solo quiero estar con Paz.

No puedo dejar de torturarme con la idea de que se va a ir. Temo por la hora en la que Patricio la llame para darle la noticia de que la aprobaron. Ella se va a ir y no la volveré a ver.

No puedo dejar que pase, no la voy a dejar escapar ella me pertenece.

Mi respiración se atasca cuando ese pensamiento pasa por mi cabeza, estoy empezando a hablar como él.

La miro de nuevo, su cara de elfa esta relajada por el sueño. Su respiración es tranquila y suave. No puedo pensar en hacerle daño como él lo hizo. Me cortaría los brazos antes de infringirle dolor o temor, yo no soy como él.

Sé que Trevor no quiere que me involucre con Paz porque tiene miedo de mí, tiene miedo de que reaccione igual a él y le haga daño como lo hizo con mi madre. Yo no sería capaz.

Nunca seré como él.

[...]

-Pararemos para comprar unas cosas para la casa.- dice Fox apagando el motor.- Salgan a estirar las piernas.

Salimos al exterior, el sol me ciega por un momento. El pueblo está tranquilo como siempre, las personas caminan tranquilas, algunos entran y otros salen del pequeño supermercado.

-¿Vienes?.- me pregunta Silas señalando hacia la ferretería.

-No, me quedare aquí con Paz.- respondo tratando de sonar indiferente.

Miro hacia el interior de vehículo, ella todavía duerme apoyada en la ventanilla.

Cuando me quedo solo entro nuevamente al auto junto a ella. Tengo la tentación de besarla pero si lo hago ella se enojara.

Miro hacia el exterior para asegurarme de que los muchachos no están cerca. Más tranquilo apoyo mi mano en su hombro y la sacudo suavemente.

Tengo que hablar con ella, pedirle perdón.

Gruñe y frunce el ceño despertando.

Sus ojos se abren lentamente y me mira con su mirada nublada por el sueño.

Su cara se relaja y hasta endosa una pequeña sonrisa hasta que queda congelada y volver a fruncir el ceño.

Se endereza y aleja mi mano de ella, me duele que me aleje.

-¿Ya llegamos?.- dice seca mirando por la ventana.

-Estamos en el pueblo, compraremos unas cosas y luego iremos hasta casa.

-¿Para qué me despertaste entonces?.- me mira enojada.

-Quiero hablar contigo, no soporto que me ignores Paz.