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Odio las noches como la de ayer.

Otra vez me encuentro mirando el techo en busca de sueño,pero al darme cuenta ya es hora de levantarme.
Saco los pies de la cama,me siento y estiro.

Pongo la música en los altavoces para animarme y me meto al baño que hay en mi cuarto para darme una ducha rápida.
Cuando salgo,busco ropa y me la pongo; unos jeans negros,una blusa negra con una camisa de cuadros y unas convers negras.
Suelto mi cabello rizado y apago la música antes de salir de ni habitación con la mochila.

Toco la puerta del cuarto de Mike,mi pesado hermano pequeño.

-¡Levántate ya enano!

Espero unos minutos y como todos los días,entro. Levanto las ventanas iluminando la habitación y camino hacia su cama para quitar las sabanas.

-¡Pero a ti qué te pasa! -dice Mike enfadado.

-¿A ti qué te parece? Levántate ya. -digo de mala gana.

-¡Sal de mi cuarto!

-Si,si,date prisa cenicienta.

Salgo de su cuarto escuchando sus quejas y camino hacia la cocina.
Preparo el desayuno y lo dejo en la mesa.

Mike llega minutos más tarde y literalmente devora el desayuno antes de que mamá y papá se despierten.

-Vámonos. -dice agarrándome el brazo y tirando de mi hacia la puerta.

Salimos de casa y caminamos hacia el instituto.
A unos metros Mike se adelanta para ir con sus amigos y yo me desvío hacia una cafetería cercana.
No me apetece ir a clase.

Llego a la cafetería y me siento cerca de la barra. El camarero me atiende a los pocos minutos.

-Lo de siempre -me limito a decir.

Saco mis cascos y un libro. Pongo la música y me pongo a leer a espera de mi pedido,que llega a los pocos minutos. Le pago al camarero y continúo mi lectura.

Doy un sorbo a mi chocolate caliente sin dejar de leer y me da la incomoda sensación de que alguien me observa.

Dejo la taza en la mesa y echo un vistazo a la poca gente que hay en la cafetería,pero nadie parece prestar atención.
Decido ignorar mis instintos y continuar con mi libro,pero a los pocos minutos la música se detiene ante una llamada entrante.
Contesto.

-Candy al habla,¿quién es?

-Soy yo -dice papá al otro lado de la línea. -llamaba para avisarte que hoy llegaremos tarde a casa,así que no nos esperéis.

-Vale -respondo. Si al menos dijera algo nuevo -hasta mañana.

-Si,hasta mañana -se despide y cuelga.

La música vuelve a sonar y yo vuelvo a mis cosas. Le doy otro sorbo al chocolate y continúo leyendo aún con la sensación de que me observan.

Termino el chocolate y guardo el libro antes de levantarme y caminar hacia la salida.

Voy otra vez de camino a clases y llego justo a tiempo para entrar a segunda hora. Cuando entro a clase veo al profesor de matemáticas sentado en su escritorio.

-¿Se puede saber por qué entra a segunda hora,señorita Evans? ¿O no me diga que otra vez llegaba tarde?-pregunta con su voz de lagarto.

-Para nada,hoy llegaba a tiempo,sólo que no me apetecía verle la cara tan temprano -respondo sin miramientos.

-Pues hubiese faltado otra hora y me ahorraba tener que discutir tan temprano -dice masajeándose la cien. -siéntese antes de que la mande a dirección,vamos.

Una MásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora