XVII

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Observo la pantalla del teléfono, leyendo una y otra vez el mensaje,como si de esa forma fuera a encontrar una respuesta.

"Pervertido"

Escribo finalmente. Tras enviarlo,guardo el teléfono en un bolsillo de mi pantalón y empiezo a desayunar.
Los niños entran en la cocina y se sientan pesadamente,antes de empezar a desayunar con desgana.

Los observo lentamente tras dar un sorbo a mi taza de café con leche.
Mike luce desanimado mientras que Lucas se ve extrañamente nervioso,ambos mal arreglados y con aspecto de haber dormido poco.

- ¿A pasado algo? -pregunto elevando una ceja, logrando que ambos reaccionen a la vez.

- ¿Por qué lo dices? -pregunta Mike discretamente.

- Estáis extrañamente nerviosos y callados. ¿Qué habéis hecho ahora? -pregunto sin miramientos.

- ¿Por qué asumes que hemos hecho algo malo? -pregunta Mike irritado.

- Porque nunca habláis, está pasando algo y lo estoy dejando pasar. Pero tarde o temprano me voy a enterar de qué es -concluyo mirándole a los ojos.

- Maldita sea, si no cuento las cosas es porque lo aprendí de ti -dice sin pensar. Noto como se percata de lo que acaba de decir, ya que sus ojos se abren un poco más de lo normal. Puede que algo arrepentido.

Sin decir nada más, agarra sus cosas y sale corriendo de casa.
Joder.
Lucas aún permanece sentado. Me mira, como si intentara averiguar qué estoy pensando.

- Lo siento -dice finalmente, apartando la mirada.

Se levanta y tras coger sus cosas, sale de casa.
Ni siquiera han desayunado.

Salgo de casa yo también.

- Espera -detengo a Lucas, que no va muy lejos. -Toma, compren algo para comer -le dejo el dinero en las mano y antes de que pueda decir nada, vuelvo a entrar en casa.

Busco mi casco, agarro mi mochila y camino hacia el garaje para buscar la moto.
Enciendo el motor y la pongo en marcha.

No me apetece entrar en clase, sólo quiero perderme un rato y olvidarme de todo.

Me dirijo hacia el bosque que hay a las afueras. No tardo mucho en llegar, y me arrepiento de haber venido antes si quiera de aparcar la moto.

Este sitio ha cambiado mucho en tan poco tiempo. Se nota el paso de los años y las visitas tan descuidadas que han venido a parar aquí.
Me adentro entre los árboles intentando recordar el camino. Tras un rato andando, llego a una parte más amplia y clara del bosque, cerca de un pequeño río que pasa por la zona.

Solía venir antes, cuando quería hablar con alguien y no tenía con quién.

- Hace un rato estaba discutiendo con mi hermano -digo, sin dirigirme a nadie. -el motivo es que el no acostumbra a contar sus cosas, sus problemas y ¿sabes lo que me dijo? Que lo aprendió de mi.

Parezco chiflada, hablando sola ahora mismo. Pero, ¿a quién se lo cuento si no?

- No pude contestarle, después de todo, tiene razón. Desde que tenía 9 años, esto es lo que ha visto, lo que ha aprendido en casa.

Cierro los ojos y un suspiro pesado escapa de mis labios.

- No quiero que él acabe como yo, tan vacío... Tan decepcionado con los demás.

Abro los ojos y observo con detenimiento el cielo, en su mayoría blanco por las nubes.
Escucho el sonido de los pájaros resonar en la tranquilidad que se siente al estar solo. Esto es relajante, sentir el viento correr entre las ramas de los árboles, como si el bosque simplemente estuviera hablando.

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⏰ Última actualización: Dec 28, 2017 ⏰

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