Capitulo 1

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Los últimos días de primavera han dando paso al verano. En unas semanas comenzaría la época de lluvias y esa es una de las razones por la que las calles están abarrotadas de transeúntes deseosos del buen tiempo.

Es imposible caminar por el centro de la ciudad, por no mencionar los lados más próximos a la estación de la cuál centenares de personas entran y salen a pasar un buen día entre amigos o familiares. Una de esas personas es un chico que ríe a carcajadas con su grupo de amigos. Es el cumpleaños de uno de ellos y han decidido ir al karaoke y luego a la bolera. Están a punto de bajarse del tren cuando una marabunta de gente entra a su vez en su mismo vagón. Al ver que lo más probable que acaben separados, uno de ellos le grita al que está más rezagado que lo esperarán fuera de la estación por lo que éste afirma levantando la mano. Una vez que se asegura que todos los que quieren subir al vagón están dentro pide permiso para salir y cuando, por fin lo consigue algo choca contra él. Una pequeña niña está de rodillas recogiendo algunas de sus pertenencias que se han salido de su bolso.

-Lo siento pequeña, te ayudaré.

Se agacha para ayudarla mientras la observa de reojo. Una melena corta y rubia asoma por debajo de un enorme sombrero color azul claro, del mismo tono que el corto vestido que lleva.

-¿Te encuentras bien?

En el mismo instante que la chica levanta su mirada algo impacta en el corazón del chico. No es una niña, aunque bien podía pasar por una estudiante de primaria por su aspecto infantil.

-Sí, muchas gracias.- acepta la mano que le tiende para ayudarla a levantar y sonríe de oreja a oreja. Éste responde a su vez con otra enorme sonrisa.

Se despiden y se dirigen por caminos separados, no sin antes detenerse una vez más para mirar hacia atrás y reencontrarse, de nuevo, con esos ojos que han captado su atención.




-¡Por fin estás aquí!

-¿Cómo ha ido el viaje?

-¿Estás cansada?

-Déjame tu equipaje, lo dejaré en tu habitación.

-Pero pasa no te quedes en la puerta.

Han pasado muchos años desde la última vez que ha estado en aquella casa. Muchísimos. Sin embargo, la estancia sigue estando tal y como la recuerda.

-¿Te apetece un té?

-Sí, gracias. No recordaba que hiciera tanta calor.- dice mientras se abanica con la mano.

-Es cierto y eso que aún no ha entrado el verano definitivamente.

-¡Bienvenida, Elaine!

La chica gira la cabeza y se encuentra de frente con el que ha sido y sigue siendo su mejor amigo de la infancia. Corre hasta él y le abraza con fuerza.

-¡King, cuanto tiempo!

Ríen y vuelven a abrazarse. A pesar de ser unos meses mayor que ella no es mucho más alto lo que provoca una carcajada por parte de una chica que aparece tras él.

-Bienvenida.

-¿Diane? ¿Eres tú? ¡Estás guapísima!- las chicas se abrazan con fuerza. Ellos tres han estado juntos desde pequeños, yendo a la misma clase hasta que en segundo de primaria Elaine tuvo que mudarse a Estados Unidos por motivos de trabajo de su padre.

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