Capitulo 18

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Abre la puerta y en el fondo de la habitación, decorada con altas cortinas de un tono verde oscuro, cuadros de los anteriores directores, sillones de cuero y un mueble repleto de trofeos, está él, el director, sentado en su escritorio garabateando algo en unos papeles. Cuando cierra la puerta y vuelve a mirarle él ya la estaba observando y su sonrisa provoca que su corazón se pare de puro terror.

-Pero no se quede ahí y venga aquí delante, señorita, esto...

-Elaine está bien. – dice mientras se esfuerza por parecer serena y valiente a cada paso pero cuanto más se acerca al director con más fuerza aparece la fotografía de él con su padre en sus recuerdos. ¿Por qué? ¿De qué se conocían? Nunca le contaron que tenían más amigos aparte de los padres de King allí en Liones...

-Puedes sentarte.- pero Elaine niega con la cabeza rechazando la oferta. A pesar de tener las piernas como flanes quiere permanecer de pie – Bien, no tienes que parecer tan asustada, no estás aquí por algo malo, solo quería conocer a la alumna que sacó la mejor nota en los exámenes para entrar al instituto. He podido comprobar que allá donde estudiabas antes también eras buena alumna. Dime ¿Has pensado qué querrás estudiar en un futuro?

-Aún no. Hay varias carreras que me parecen interesantes.- ¿Acaso me ha llamado para hablar de mi futuro académico? ¿No debería de hablar de ello con mi tutor? Piensa sin entender nada de nada.

-Entiendo. Deberías ir decidiéndote. Pronto acabará el segundo trimestre y deberéis prepararos para los exámenes de admisión a la universidad. A no ser que no vayas a estudiar aquí... - su tétrica sonrisa la alteran por momentos. No, hay algo más detrás de esas palabras. Esconde algo. No me ha llamado solo por esto... piensa mientras aprieta con fuerza los puños para que no viera sus manos temblar – Bueno, pero no quiero agobiarte por eso. Solo quería asegurarme de que mi mejor alumna becada va por buen camino. Por cierto... ¿No hueles algo extraño? – el director se levanta de la butaca oliendo por toda la habitación hasta detenerse frente a Elaine - ¿Sopa de miso?

Y Elaine, automáticamente, se ha puesto colorada y retrocede un par de pasos hacia atrás.

-¡Lo siento muchísimo! – se disculpa inclinándose hacia delante – Me derramé sin querer el almuerzo y, aunque pude cambiarme de jersey se ve que en la falda también me han caído algunas gotas.

-¿Se te derramó o te lo tiraron encima? – Elaine levanta la cabeza y de nuevo ahí está, esa horrible sonrisa que ni en sus peores pesadillas quiere encontrársela. ¿Por qué son tan diferentes? No encuentro ningún parecido con Ban o Hendrikson. No se parecen en nada – ¿Quieres poner una queja? Aunque debo advertirte que no servirá de nada cuando esas son las reglas. Los alumnos modelo están por encima de los becados, de los don nadie, y por muy inteligente que seáis no llegaréis muy lejos si no tenéis una mano salvadora que os abra el camino hacia el éxito.

Elaine no entiende nada de nada. ¿Primero es amable y luego la insulta indirectamente? Por favor, quiero irme...

-Por eso te he hecho venir aquí, para ayudarte a conseguir ese éxito.

-¿Qué quiere decir?

-Está claro, ¿No? Por ti misma no llegarás a ninguna parte. No eres nadie. No tienes dinero, ni siquiera una familia que por mucho que te hayan adoptado no son tus verdaderos padres y, como tales, no te concederán los mismos deseos que a sus verdaderos hijos.

-No busco eso. Yo no busqué ser adoptada.

-Claro que no, ¿Cómo ibas a querer que tus padres falleciesen en ese accidente de avión? Bueno, tal vez tú no pero otros quizás sí...

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