EPÍLOGO

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Agradecimientos: A todos los que habéis leído esta historia... ¡¡MUCHÍSIMAS GRACIAS!! Tanto los que lleváis haciéndolo desde el principio, como los que os habéis enganchado a mitad o al final. Sin vosotros esta historia no habría tenido mucho sentido el escribirla. 

Me alegra ver que a muchos os ha ido gustando el camino que ha tomado. Camino que a veces no sabía por donde llevar, pero si os soy sincera la historia se ha escrito por sí misma. Aunque yo tuviese mis ideas y mis anotaciones, cuando escribía, todo lo que tenía pensado se iba modificando y así en cada capitulo. Por esa razón no creía que quedaría tan larga al final. Me alegro mucho haber escrito esta historia con una de mis OTPs favoritas. También me alegra saber que también es una de las vuestras. 

Por ahora no sé si escribiré algún fanfic más, quiero centrarme en las historias que tengo paradas (y que podéis leer si gustáis) pero sé que algo nuevo escribiré. Mi mente no deja de funcionar! 

De nuevo daros las gracias y espero que tengáis una sonrisa cuando terminéis de leer este último apartado. 

Os dejo con el prólogo de "Mundos entrelazados" .

                                                                                                  Se siente muy agradecida, Ethera. 



-¡¡Ban, date prisa!! Si llegamos tarde al primer cumpleaños de nuestro ahijado ni Diane ni King nos lo perdonarán jamás.

-Ya voy, ya voy, pero esta maldita corbata no quiere dejarse hacer el nudo.

-Anda trae.

Elaine le aparta las manos y le hace el nudo a la velocidad del rayo.

-¿En tu entrenamiento te enseñaron a hacer nudos con corbatas?

-Sí y a estrangular mientras lo hacía.

Ban traga saliva y Elaine le sonríe con picardía.


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-Hace ya un año desde que Diane y King fueron padres... ¡Qué rápido pasa el tiempo!

Le dice Elaine mientras camina agarrada de la mano de Ban.

-Sí, y algo más desde que empezamos a vivir juntos y te convertiste en la mano derecha del líder del Clan de los Diez Mandamientos.

-No me recuerdes ese momento... ¡Qué vergüenza!

-¿Más vergüenza que el día que te pedí que te casaras conmigo en tu primera reunión con el resto de clanes?

Elaine no puede evitar ponerse colorada. ¿Cómo se le pudo ocurrir hacer algo como así en una reunión tan importante? Incluso King escupió el vaso de sake que estaba bebiendo en ese momento manchado a Hellbram. Ban deja escapar una sonora carcajada.

-Sigue pareciendo un sueño. Todo lo que hemos vivido.

-Y tú sigues pareciendo una niña de primaria por mucho que te maquilles.

-Al menos aparento menos edad que la que tengo pero tú sigues pareciendo un cuarentón.

-Serás.... ¡Eres una enana!

-¡Y tú un ladrón!

-Un ladrón de corazones.

-El día que nazca nuestro hijo no querrá saber nada de sus padres...Su madre una asesina y casi cabeza de una familia con un pasado tormentoso y su padre un ladrón con apariencia de viejo cuya etapa adolescente le encantaba hacer bromas crueles a unos pobres estudiantes.

-No creo que se asuste, soy el mejor director que el Instituto Nanatsu no Taizai podrá tener jamás.

-Cierto.

-Además, para que podamos contarle todo eso queda todavía mucho tiempo.

-No tanto.

Ban la mira sobresaltado mientras Elaine sonríe con timidez llevándose las manos a su vientre.

-Espera... ¿Estás insinuando que...?

-Así es. Estoy embarazada, Ban.

-¡¡¡YUUUUUJUUUUUU!!! – grita abrazándola y dando vueltas y vueltas sin dejar de sonreír y es que, aunque ha tenido que pasar un largo tiempo para conseguir que estén juntos, sus destinos, esta vez, no se separarán, jamás y es que el ladrón Ban y la Holy Maiden Elaine estarán juntos por toda la eternidad. 

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