Capitulo 41

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-No...no puede ser...

-Hey Elaine~ he venido a robarte, tal y como te prometí.

Elaine es incapaz de apartar la mirada de Ban. Cree estar en un sueño. En uno de sus muchos sueños donde Ban aparecía y la llevaba lejos de su abuelo y de todo ese mundo de olor a pólvora y crueldad. Que la robaba tal y como le había prometido tantas y tantas veces y cruzaban el mar para empezar su nueva vida juntos. Tal y como habían planeado para el día de la graduación.

-Ayúdala a subir Howser, no tenemos mucho tiempo. – le ordena Ban.

Rápidamente Howser le ata la cuerda a Elaine por la cintura para que la asciendan hasta el techo del templo. Mientras sube, Elaine ve a Estarossa apuntando con varias armas por aquellos hombres en los que él ha depositado su confianza mientras Escanor da órdenes a unos y a otros.

No se da cuenta de que ha llegado cuando Ban la agarra por la cintura y la abraza. Fue ahí cuando sabe realmente que no se trata de un bonito y cruel sueño. Que Ban la está abrazando. Que su calidez es real. Como también el olor a colonia que desprende y que no sabe cuánto había echado de menos esa fragancia.

-Por fin te atrapé.

-Ban...- es todo lo que puede decir mientras lloraba acurrucada entre sus brazos.

-Siento haber tardado tanto pero surgieron varios inconvenientes.

-Inconvenientes como que te pasaste bastante tiempo hospitalizado e inconsciente.

Nada más escuchar su voz Elaine se gira hacia esa persona que conoce tan bien, y nada más encontrarse con sus ojos color canela sale corriendo para sumergirse en su calidez. King la abraza con fuerza sin dejar de llorar.

-King...King...- murmura una y otra vez.

-Me alegro de verte, Elaine.

-¡Pero mira que sois llorones! – gritan desde abajo. Cuando Elaine baja la mirada rompe de nuevo a llorar y a reír al ver a Diane saludarla con una enorme sonrisa y con lágrimas en los ojos al igual que Eli, quien va agarrada de la mano de Meliodas y al lado de éste Gil que también le sonríe para darle la bienvenida.

-¡Llegas tarde, Elaine! – gritan las dos chicas.

Todos se miran sin dejar de sonreír.

-¡¡Estoy en casa!!

-Estoy soñando ¿Verdad?

-Ya te lo hemos dicho como una veintena de veces, no es un sueño.

-¿Seguro? He soñado con este día muchas veces.

-¡Ven aquí! – Ban la agarra por la muñeca y la besa. Sus labios no pueden despegarse, ni tampoco quieren hacerlo. Llevan cinco años sin poder sentirse el uno al otro y todos esos sentimientos, recuerdos y sensaciones vividas se aglomeran de golpe. El amor que una vez se profesaron volvía a estar más vivo que nunca y ambos así lo sienten con ese beso - ¿Has soñado con un beso así? – Elaine niega con la cabeza totalmente colorada – Pues entonces no lo es. Estoy aquí, contigo, tal y como te prometí – le dice mientras coloca la pequeña mano de Elaine sobre su pecho – He venido a robarte y hacerte mía, ¿Recuerdas?

-Has tardado en cumplirla.

-Lo siento... ya te pondré al día de todo lo sucedido, ahora solo quiero estar contigo. – y atrayéndola vuelve a besarla mientras los chicos silban y las chicas aplauden. Todo el grupo está reunido de nuevo y ahora no hay nada que pueda separarles – Estás preciosa. El pelo largo te sienta de maravilla.

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