Te veo dormida.

81 3 1
                                    


Ahora me encuentro en la oscuridad de tu habitación, tú duermes tan profundamente que ni los truenos del exterior logran estremecerte de manera alguna.

Luces tan hermosa que es imposible dejar de observarte y amarte en silencio, en secreto. Me veo tentado a acercarme un poco mas hacia ti y lentamente doy algunos pasos hasta encontrarme justo enfrente de tu cama desde donde logro observar tu hermoso rostro inocente a la luz tenue de la luna que apenas logra asomarse entre las nubes de lluvia.

Es tal tu hermosura que una lágrima nace desde mi alma como queriendo ir y tocarte. Acaricio tiernamente una de tus mejillas, mis manos parecen desear tu piel cada vez más hasta el punto en que me veo obligado a dejar de hacerlo para no correr el riesgo de perturbarte y despertarte. Sin embargo ahora viene el problema, te mueves un poco dejando expuesto tu cuello, me estremezco y cierro los ojos, -...no puedo hacerlo, no puedo...- susurro entre sollozos cubriendo mis ojos con mis mangas.

Tu cuello es perfecto, hermoso, tu piel es la más pura que he visto en mi vida, y al observarte de nuevo a través de un espacio de entre mis mangas empiezo a distinguir una de tus venas, mis labios empiezan a temblar y lentamente me destapo por completo mis ojos que no se quieren separar de tu cuello.

Jamás había visto a un ser tan hermoso como tu, pareces un ángel, tu rostro expresa una enorme paz reflejando placer de estar profundamente dormida envuelta en sueños de cuentos de hadas.

-¿Que estarás soñando en éste momento?-, algo feliz y placentero sin duda alguna, tus labios casi parecen sonreír.

Tus labios, que no daría por rozarlos tan sólo un instante con los míos, por saborear tu dulce boca y sentir tu aliento cerca de mí, pero sé que no me puedo acercar más a ti, no ahora, si lo hago no sé que podría pasar y sé que luego me arrepentiría por siempre. Sin embargo eres una tentación irresistible en todos los sentidos, tu hermosura, tu pureza, tu inocencia, todo.

Noto que ahora estás temblando un poco, debe ser mi presencia que está siendo detectada por tu piel, rozo tu brazo descubierto con mi mano y veo que te exaltas un poco, es mi frío que ahora empieza a calar en ti, acerco mis manos a tu vientre y te arropo un poco más, hasta los hombros, entonces tu rostro parece sonreírme en agradecimiento.

Tengo que cerrar mis manos y dejarlas en forma de puños para que no se atrevan a recorrer tu cuerpo, casi no las puedo controlar desean sentir la piel de tu cálido vientre que se encuentra a tan pocos centímetros, ahora las retraigo y sin querer, mi mano derecha roza levemente uno de tus pequeños senos, rápidamente observo tu rostro pensando que te ibas a exaltar pero veo que ahora se dibuja una clara sonrisa en tus labios.

-Como quisiera que soñaras conmigo-.

CreepypastasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora