El auto de Brett se detiene frente a mi casa. Miro hacia ésta, insegura de que me recibirá al pasar esas puertas. Si bien mamá estaba entusiasmada porque saliese con Brett, no sé cuanta gracia le hará el que yo haya pasado la noche con él. No se necesita ser una genio para adivinar que pueden hacer dos personas adultas que se gustan si pasan la noche juntos, y no es como si mamá no supiese que yo no era virgen desde hace algunos años, pero era muy diferente pasar la noche fuera en la universidad, a kilómetros de ella a hacerlo aquí y que ella supiese exactamente qué estaba haciendo y con quien lo estaba haciendo.
—Siento que en cuento entre por esa puerta seré bombardeada por toda clase de preguntas con respecto a lo que sucedió anoche
Brett se deshace de su cinturón de seguridad y se gira para mirarme.
—¿Quieres que hable con tu madre al respecto y le asegure que usamos protección?
—Oh, Dios —cubro mi rostro con mis manos—. Como si eso no fuera más humillante
Oigo su risa. Obviamente, esto le divierte más que a mí.
—No sé porque formas un drama por esto, Chris. Eres una mujer adulta, tu vida sexual no debería porque ser de la incumbencia de tu madre
—Es difícil que no lo sea cuando nos repitió cada día, después de que desarrolláramos que no repitiéramos sus mismos errores —dejo caer mis manos—. Y toda su atención recayó en mí cuando Haley hizo caso omiso de todos sus concejos
—Bueno, es distinto. Haley tenía dieciocho ¿no? Tú por otro lado, ya no eres una adolescente
Suspiro, dejando caer mi cabeza contra el asiento y mirándolo.
—Realmente soy un drama andante ¿no?
Él vuelve a reír.
—Me gusta el drama, siempre es recomendable un poco en tu vida. No todo es diversión a la ligera —bromea.
—Ja ja —río al ver su diversión—. De acuerdo, creo que es hora de entrar. No puedo estar aquí para siempre
—Pero podrías retrasar lo inevitable —propone—. Yo podría encender el auto nuevamente, y llevarte a mi casa...
—Tentador, pero tengo que trabajar mañana —me giro un poco para mirarlo—. Y tendrías a mi mamá haciendo un escándalo en tu oficina si paso una noche más fuera
—Definitivamente, bajaré en este momento y le aseguraré que no he dejado de usar condón en toda la noche
—No —chillo escandalizada—. ¿Estás loco?
Brett ríe y me mueve para que esté sentada en su regazo.
—No pareces para nada a la chica que me pidió que le hiciera el amor hace unas horas, ¿qué pasó con ella?
—Se quedó en algún lugar del océano —respondo escondiendo mi cara en su cuello.
Brett acaricia mi espalda con movimientos tranquilizadores.
—Vamos nena, arriba. Quiero volver a ver a esa mujer valiente de hace unas horas —Brett toma mi mentón y me hace mirarlo a los ojos—. Vas a ir allá y no le dirás nada a tu madre que no quieras decirle, y le dirás que tu vida intima es solo tuya y de nadie más
—De acuerdo —digo asintiendo—. Tienes razón, no soy una adolescente
—Por supuesto que no, lo sé a la perfección

ESTÁS LEYENDO
Something Stupid
RomanceChristina Grimmie siempre tuvo una regla básica durante toda su adolescencia: cero chicos. Y no porque no le gustasen, era porque tenía pánico a terminar como su madre: madre soltera a los diecinueve, y no de una, sino de dos niñas que nunca conocie...