Mala noticia.

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Me levanto al sonido de las persianas abrirse para luego sentir un molesto calor en mi cara debido al sol, abro los ojos con pereza y miro a mi tía que está limpiando las cosas que tengo en mi mesita de noche, pienso dejarla con lo suyo y giro mi cuerpo  para que el sol no entre a mis ojos me acomodo nuevamente  dispuesta a cerrar los ojos justo en ese momento noto como mi tía detiene su quehacer para poner su mirada en mi, cansada me giro una vez más hacia el techo.

-¡Es hora de levantarse señorita!- me dice ella con enojo en sus palabras.

Despego las cobijas de mi cuerpo y tomo mi celular para mirar la hora en el. Las 8:30 de la mañana. Algo fastidiada salgo de mi cama y camino hacia el baño donde lavo mi cara, vuelvo a mi cuarto esperando ver a mi tia aun dentro pero ya no esta así que bajo las escaleras para desayunar algo, me decido por un cereal.

- Alejandra- me llama mi mamá, la miro interrogante esperando que hable – apúrate  por favor quiero que hoy me acompañes al médico a checar los resultados de mis análisis. 

Asiento, pues la salud de mi madre es muy importante para mi la amo con todo mi ser y no quiero que este enferma, mas enferma si se puede ya que ella sufre diabetes tipo A nada muy grave pero no como para pasártela despreocupado.

Termino mi desayuno y dejo el plato en el fregadero para que los laven junto a los otros. Subo las escaleras una vez más hacia mi habitación y tomo lo primero que encuentro, me meto a la ducha y empiezo a lavar mi cuerpo. Recuerdo el primer día que mi tía vino a trabajar aquí me levanto casi a escobazos de la cama puesto que acostumbraba dormir hasta muy tarde, a día de hoy me eh acostumbrado a levantarme a la hora en que entra a mi habitación. Ella no tiene empleo y mamá no se siente bien para poder hacer todas las labores de la casa por lo tanto entre ella y yo lo hacemos. Salgo de mi reflexión cuando eh terminado de vestirme con un jean y una blusa azul nada fuera de lo normal, con mis entrañables converse negras.

Bajo las escaleras y miro que mi mamá ya esta lista, me mira dándome una sonrisa cálida. Sé que está nerviosa por esos resultados ya que dentro de ellos viene el por que de su malestar. 

Nos dirigimos al hospital y decido esperarla en el auto ya que no me dejan entrar mientras está en la consulta. Espero mientras escucho música. Miro por el retrovisor que mi mamá viene caminando así que apago la música y acomodo el asiento, cuando llega la miro expectante esperando una respuesta como ella a su malestar, mas sin embargo ella guarda silencio así que decido romper el hielo.

- Y…- pregunto para qué me diga lo que el médico le ha detectado.

Ella suspira y se reacomoda en el asiento. Toma aire una vez más para darse fuerza supongo, me mira impasible como tentando mi estado de ánimo para saber cómo darme la noticia, mas yo no cambio mi expresión de preocupación por ella. Finalmente rompe el contacto visual por un instante, vuelve a respirar y habla.

- Tengo anemia- comienza con la misma expresión, no cambio la mía esperando a que continúe y que no pierda la valentía que ha cogido – no es muy grave, la han detectado  a tiempo- ella cambia su expresión por una de diversión y comienza a encender el carro- , me han recetado un montón de pastillas y vitaminas.

Noto como ella quiere que el ambiente se aligere y suelto una pequeña risa. Giro mi rostro a la ventana luego de colocar algo de música nuevamente en el vehículo, a pesar de su intento por aligerar el ambiente no lo hace pues la noticia es como una bala para mi corazón. 

Llegan a mi mente millones de pensamientos atormentadores  acerca de su salud, pues recuerdo vagamente que si la anemia no es tratada de una buena forma puede causar leucemia que es cáncer en la sangre y muy pocos sobreviven a este, no me doy cuenta sino hasta que siento una lagrima que resbala por mi mejilla que estoy llorando, preocupada porque mi madre no se entere y la afecte me tranquilizo y concentro en la música para no pensar en alguna otra cosa.

Una vez en casa me preparo para ir a la escuela. Ya lista me despido de mi madre y mis hermanas que han llegado de la primaria y salgo hacia la parada del bus, me giro al escuchar un claxon conocido y veo como mi padre va llegando a casa luego del trabajo lo saludo y continuo mi camino, la música en mis audífonos se detiene, una llamada pienso lo reviso confirmando mis dudas es mi hermana.

- Hola- hablo lo más feliz posible para que no note mis preocupaciones.

- ¡Voltea!- giro mi cuerpo para verla a unos 50 mts. De mí con el brazo alzado mientras saluda, le devuelvo el saludo algo consternada por el encuentro.- te vi y quería confirmar que eras tú, que tengas un buen día en la escuela, ¡éxito!

- Gracias, nos vemos mas tarde.

Cuelgo la llamada, con una sonrisa. Mi hermana Ana siempre ha sido muy activa y alegre lo cual es bueno en los momentos en que no te sientes bien, ella siempre te sacara una sonrisa aunque para que pase se deba hacer pasar de morsa de circo, es un año más grande que yo y supongo que esa es una de las razones de que nos llevemos tan bien, es más alta que yo y su cabello es ondulado hasta la cintura a comparación del mío que es más corto y sumonte rizado, sus hombros son anchos mas no mucho y sus piernas largas y delgadas;  mis piernas son más cortas y robustas al igual que mis hombros son más pequeños que los de ella.

Recuerdo su despedida en la llamada dándome ánimos para estudiar con más eficacia ese día, tenemos una costumbre de desearnos éxito, pues dicen que la suerte es para los cobardes y el éxito para los triunfadores.

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espero que les guste :) 

A~

Poco convencional.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora