¡chapuzón!

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Odio correr y ella sabe que odio correr, pero esto no me enfada, es agradable correr y sentir el viento en tu rostro y las gotas de lluvia. Es relajante. Es divertido. Miro a Vero que va unos pasos más delante de mí y me parece realmente gracioso. Y me rio, no una risa de señorita, solté carcajadas porque parecía una locura. Gire mi rostro y mire a los que aun esperaban dentro de la escuela a que la lluvia cesara un poco. Mire hacia adelante una vez mas y apreté el paso un poco más para alcanzar a Vero. Nos detenemos una vez que hemos cruzado la puerta que te divide de la cárcel que es la escuela y la calle que es la libertad. Sonreímos y reímos juntas esta vez. Caminamos por el lateral de la escuela con paso rígido y rápido, casi trotando. Cruzamos la calle y llegamos al parque, una vez en la parada del bus repetimos nuestras frases de días lluviosos ya que las dos usamos lentes.

–      Deberían existir parabrisas para los lentes.

Hago un movimiento con mis dedos índices sobre el vidrio de ellos simulando que eran unos parabrisas.

–      Cierto, serian de mucha ayuda en estos casos.

Responde ella riendo, por mi acción.

Me quito mis lentes y los guardo en mi mochila. Me rio, esto merece una gran risa pues salimos de la escuela solo para correr y empaparnos, y de algún modo fue lo más divertido que hice en algún tiempo.

Vero se pone su mochila sobre el vientre mientras saca dinero para el pasaje en el bus y esto me recuerda que mi cámara quedo dentro de su mochila.

–      ¡Vero!

La alerto  y siento como si mis ojos se fueran a salir de sus orbitas.

–      ¡Ale¡

Me contesta pero a diferencia de mi su voz es risueño.

–      ¡ La cámara¡

Le recuerdo, y ahora es ella la que  tiene sus ojos a punto de salir de su órbita. La busca con su mano y la acomoda para evitar que se moje.

Para este momento estamos totalmente mojadas e imagino a la gente dentro del bus caliente y seca, lo que me hace sentir envidia por ellos.

–      Espera tengo algo aquí.

Dice ella señalando su pierna  derecha y se agacha para ver que es, se palpa hasta donde está el bultito, imagine que podría ser cualquier cosa porque es algo despistada y podría ser una bola de papel, además la luz no te permitía una buena visión. Pensé que podría ser cualquier cosa lo que nunca pensé es que de su pantalón fuera a salir un gran bicho corriendo. Lo que me hizo reír y ella bromeo haciéndose pasar por molesta pero igual termino riendo de ello.

–      ¿Hace mucho que lo habías sentido?

–      Tengo todo el día sintiéndolo pero no me atrevía a fijarme porque tengo un calcetín de uno y otro de otro y los demás podrían fijarse y sería vergonzoso.

–      ¡vero! Pudo haberte picado.

–      Pero no paso sino me dolería y no me duele nada.

Balanceo mi cabeza desaprobatoriamente pero con diversión.

Veo a nuestro bus en el semáforo que esta antes de la parada y Vero aun no lo nota, así que camino un poco más cerca de donde está señalada la parada, solo doy un paso y espero. La lluvia ah hecho que muchos camiones se retrasen o al menos eso creo yo porque mucha gente se aproxima a donde es la parada.

–      Quizá debamos espera al siguiente.

Le digo aunque sé que eso es inútil con ella. A veces si hace un buen día esperamos y dejamos pasar todos los que van llenos y no tendremos un asiento, un poco absurdo pero es un poco desagradable ir paradas.

Poco convencional.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora