Epilogo.

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8 años después...

Luego de aquella desastrosa tarde, al parecer no fue demasiado el tiempo que duraron los quimicos en mi cuerpo por lo que me pudieron salvar la vida, a día de hoy lo recuerdo y al ver mis muñecas siento melancolía. Recuerdo a aquella joven de 17 años que sufria por su familia en general y por ella misma, los fantasmas de mi pasado no me abandonaban nunca, sin embargo me reconfortaba al ver que después de esa tarde mi padre cambio radicalmente, dejo el alcohol y se dedico a cuidar de la salud de mi madre, mientras yo me encontraba en una clínica de rehabilitación.

Este tiempo ha sido de relajación y retorno a mi vida, mi familia aun me reclama el no haber dicho nada y mentalmente también me doy algunos golpes de cabeza por no haber mencionado nada cuando hubo tiempo.

Mientras estuve internada Adam no paraba de visitarme y darme animos para que completara mi terapia y poder largarme de ahí, le comprendia, yo tambien queria salir de ahi, pero había una cosa que me detenía: la comida, exacto, la comida ahí dentro era deliciosa y el lo sabía, así que siempre que me visitaba procuraba hacerlo en horario de comida.

Progrese rapidamente y los medicos decidieron que después de estar "encerrada" un año era momento de salir, yo eventualmente estaba mas que feliz y esa misma tarde cuando por fin pude salir no pude evitar llorar al verlos a todos ahí, mi madre había recuperado su salud luego de unas transfuciones de sangre, mis hermanas pequeñas habían crecido un montón y a pesar de que me visitaban de vez en cuando yo no podía creer lo rápido que había pasado el tiempo. Mi hermano mayor además de que se habia casado hacía 6 meses ya esperaba a su primer bebé y su esposa portaba su pancita de 4 meses con un orgullo inexplicable.

Juro que estuve a punto de desmayarme. Durante ese tiempo en la clínica les había extrañado todos y cada uno de los días.

Al llegar a casa todos pusieron un pretexto diferente para decirme que no estarían en casa, no mentire me hizo sentir mal, sin embargo al abrir la puerta había un camino de rosas que dirigía a la sala donde estaba el hombre que amaba: Adam, camino hacía mí con su elegante traje negro y me entrego un ramo de rosas. Para ese entonces yo ya lloraba de felicidad. El me ofrecio su brazo y me guió a la mesa donde separo mi silla, tuvimos nuestraprimera cena romantica y yo no pude estar mas que rebosante de felicidad, sin embargo fue cuando salimos a dar un paseo que tomo mi mano, me miro a los ojos y me pidió ser su novia cuando no soporte mas la emocion y me desmaye, al despertar crei que era un sueño pero ahí estaba el y mis padres alrededor esperando a que despertara lo que me devolvio a la realidad y no pude mas que asentir y abrazarlo fuertemente.

3 años después al estar en la boda de mi hermana Ana, la suerte estuvo de mi lado y atrape el ramo de la novia a la par que Adam obtuvo la liga, por lo que supimos que era el destino y tendriamos que casarnos en algun momento.

Meses después en nuestro primer viaje el decidió proponermelo, delante de miles de personas mientras daban las campanadas de año nuevo, imagina mi felicidad, sin embargo esta vez me pude contener y no caer desmayada.

Un año despues escuchaba la campandas de la iglesia, recibiendome del brazo de mi padre no me lo creía habia pasado tanto, y en tan poco tiempo que era casi como una ilusión.

- Mamá, quiero galletas- escucho a Cristian que me llama, así que dejo mi tejido aun lado y me acerco para tomarle en brazos.

Cristian de tan solo 2 años era tan firme en sus decisiones que  me recordaba a mi hermana menor Daniela, siempre decidad a hacer lo que quisiera.

No me quejo, eso me hizo darme cuenta que mi vida era "poco convencional", por lo tanto es especial en todos los sentidos.

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Eso ha sido todo, espero que les haya  gustado :)

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Poco convencional.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora