Poco convencional.

¿nueva amistad?

Al llegar a mi escuela todo sigue con normalidad, como de costumbre eh llegado antes así que me siento en mi lugar habitual a esperar por mis amigas. Escucho que me llaman mis compañeros de la puerta y al girar la cabeza puedo ver que Verónica me observa con toda la fijación que puede para que capte su mirada, me levanto de mi asiento y camino hasta donde está.

Verónica es mi mejor amiga, se podría decir que somos hermanas tenemos 4 años de conocernos pero eso es más que una vida hemos pasado de todo juntas. Muchos dicen que nos parecemos en físico pero yo no podría decir lo mismo; tenemos casi la misma altura, yo mido un poco menos que ella, su cabello es ondulado y largo, el cual nunca se acomoda por si solo; ambas usamos lentes, mas sin embargo ella lleva de vez en cuando lentillas.

Luego de atravesar el jardín llegamos a la cafetería.

Es un hábito en nosotras el llegar esperar la una por la otra – casi siempre yo a ella-, ir a la cafetería comprar un agua y unas mentas. Mientras lo hacemos nos ponemos al tanto de nuestros días, que a decir verdad no es mucho ya que estamos en contacto todo el día.

De regreso nos sentamos en un pequeño lugar que hay en el jardín, nosotros solemos llamarlo jardinera ya que es como un arenero solo que hay un gran árbol en el centro rodeado de algunos cuantos rosales.

Miramos hacia la nada, realmente no tengo muchas ganas de estar ahí la noticia de la enfermedad de mi madre me pone realmente mal.

Volteo un poco la cabeza y noto que ella me mira con una interrogante no escrita en la cara. Suspiro. No sé cómo decirle lo que pasa pero sé que ella me ayudara. Giro de nuevo mi cabeza esta vez a un punto perdido en el piso, no me atrevo a decirlo mirándole a los ojos

Respiro una vez más y me dedico a decirle la noticia.

Mas ese momento no llega, siento que ella se desespera por lo tanto pregunta.

-          ¿Está todo bien?-  la miro de nuevo esperando que pueda leer en mi ojos y no me haga hablar de ello pero es inútil.

-          Mi mamá está enferma- no hace falta que diga mas, pero me aventuro y digo la parte realmente importante- , es anemia.

Sin decir nada ella solo respira para luego darme una palmada en la espalda. Con ese único detalle se que ella me apoyara en lo que pase.

Antes incluso de que pueda decir alguna otra cosa el timbre llama a clases, así que con la mejor cara que podemos poner caminamos hacia nuestros salones, el salón de ella está más próximo que el mío, por lo tanto me abandona antes, no sin darme una sonrisa de aliento y un apretón en el hombro.

No solemos ser muy afectuosas así que cualquier tipo de cariño representa todo en un momento crucial, pocas veces nos decimos cuanto nos apreciamos, mas sin embargo, sabemos que estaremos ahí la una para la otra en todo momento.

El día pasa lo más lento que se puede, o quizá a mí se me hace muy lento.

Al volver a casa, saludo a todos y subo a mi habitación. Enciendo mi computadora y busco todo acerca de la anemia, no encuentro muchas cosas, mas me ayuda a conocer un poco más de la enfermedad.

Paso la semana, sin darme cuenta era jueves.

A mi madre le dieron unos curiosos botecitos rojos que tienen un olor muy extraño, al igual que su sabor. Dice que es hierro y le ayudaran a recuperar los glóbulos rojos que su cuerpo no produce, me alienta el saber que hay tratamiento, pero creo que es igual de grave a que si no lo hubiera.

Estoy en clases, mas no tengo muchos ánimos. Para mi suerte el timbre suena, anunciando el término de esa clase, esperamos por el profesor de matemáticas pero él no aparece, pasados los 15 min. Que debemos esperar por ley, Pepe nos dice que podremos salir en cuanto dejemos de hacer ruido, todos se sientan en su lugar y esperan pacientemente. Pepe, nos deja salir y todos vamos hacia la cancha. Mis amigas y yo caminamos hacia la jardinera y nos sentamos.

Es raro que el profesor de matemáticas falte, mas no me interesa porque es una hora libre y eso es fantástico.

Me levanto de mi lugar dispuesta a ir hacia la cafetería, me gire y le pregunte que si no querían algo de ahí todas negaron.

En el camino me encontré con Evelyn, me acompaño mientras me contaba de los problemas que estaba teniendo con Melisa la jefa de grupo, su mejor amiga. Si había notado que ella no estaba juntas como antes, así que dejándome llevar quise aconsejarla.

Me conto que Melisa la estaba cambiando por Belia, lo cual hacia a propósito ya que ella no congeniaba muy bien con ella, decidió alejarse, no sin antes decirle a Melisa sus verdades, cosa que me pareció inmaduro pues no tenemos 10 años para comportarnos de esa manera porque una amiga se aleja un poco.

Volvimos con la demás ella un poco más calmada luego de haberme contado lo que había pasado.

Me considero una persona justa, por lo tanto, escucharía las dos partes de la historia.

Después de receso el profesor de historia tampoco se presento así que decidí acercarme a Melisa y preguntarle  lo que pasaba.

Nunca imagine que ella me confiara tantas cosas como lo hizo en ese momento ya que jamás habíamos hablado algo más allá de la escuela. Sin embargo se abrió tanto a mí que temí no poder corresponder a esa confianza que me entrego, la escuche todo el tiempo que ella me pidió.

Sin mentir debo admitir que desde un principio Melisa causo un poco de temor en mi ya que es mucho más grande que yo, mas me causaba curiosidad conocerla, así que no perdería la oportunidad la escucharía y trataría de darle consejos si es que los quería.

Volvimos a clase esta vez de química, ella me pidió nos sentáramos juntas y así lo hice sin molestarme un poco ya que aun no terminaba su narración de problemas que había tenido con anterioridad.

Al terminar la clase ambas volvimos a nuestros asientos normales.

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espero que les guste, es la primera vez que escribo y lo publico. haganme saber si les esta gustando, cualquier cosa me gustaria saber :) 

A~