Capítulo 9: "Hora de estudio"

1.8K 197 76
                                    

De 5 a 7:30 pm.

La peor hora del mundo para Rainbow. La semana de exámenes. Y estudiar era un suplicio si:

1.- No tienes la mente brillante de la señorita Sparkle. Algo que absolutamente Nadie tenía.

2.- Si la que te ayuda a estudiar es Twilight Velvet. Cosa que nadie sufría más que Rainbow y su hija.

3.- Si tienes la mente totalmente pegada al fútbol. Y a la comida. Y extrañamente a un capitán del equipo.

Y Rainbow no pasaba ni el primer punto.

—¿Qué es la La Ley de Gravedad? —preguntó Velvet mirando fijamente a la peliarcoiris, ignorando a su hija que levantaba la mano con persistencia— Dime Rainbow

—Ah... Eh... —Twilight desde su silla le hacía señas con las manos que ella trataba de entender— La ley que... ¿Indica? Sí. Indica como... Caen... ¿Silla?

—¡Twilight Midnight Sparkle! —repuso firme Velvet sin necesidad de voltear— Una más y la castigada serás tú

—Lo siento mamá

—A tu cuarto. Voy a tomarle a Rainbow SOLA. No seas su cómplice por favor —Twilight asintió y le hizo adiós con la mano. Rainbow tragó saliva— Ahora ¿Qué es la ley de Gravedad?

—¿No se podría cambiar de tema? Es que Ciencia no es lo mío

Para ser alguien que jamás había ido a la escuela antes, Rainbow tenía muy buenas calificaciones. No eran las mejores, pero no bajaban de 16 (7 - 8), y en eso Twilie tenía mucho que ver. Tercer puesto después de su primer bimestre. Los puntos del equipo de fútbol también le aumentaban puntaje.

—Cambiemos a Matemática está bien —Rainbow frunció el ceño— ¿Cuál es el Teorema de Pitágoras?

Silencio total.

—Ok. Ok, pasemos a historia ¿Cuándo empezó el gobierno de Celestia?

Otro silencio.

—Ya basta. ¿Hay algo que sepas? No sabes nada. ¡Eres una inútil! Tienes a MI hija —recalcó la palabra 'mi'— como profesora particular, y aun así... ¿Sabes qué? Vete. Vete por favor, me estás agotando la paciencia

Rainbow se fue. Molesta, criticando. Odiaba que Velvet la tratara así. Su madre no la trataba así, el único día que ella había ido a la escuela, cuando tenía 3 años, al momento de estudiar para las pruebas de entrada, Firefly se había pasado la tarde estudiando con ella. Con juegos, canciones o alguna otra cosa, se las ingeniaba, hasta que tocaban la puerta. Tres tocadas con una melodía específica, no podía ser sino su adorado padre. Cuando él llegaba, salían a comer y él también le ayudaba a estudiar. Pensar que ahora debía soportar a alguien que teniendo paciencia la tratara mal, era sin duda una verdadera injusticia. Ella veía cuando le tomaba a su hija era más pasible e incluso le daba pistas en las respuestas, cosa que Twilight no necesitaba. Pero ella sí.

Pasó el resto de la maldita hora de estudio afuera, en el jardín de la casa. Era una excelente cancha. A veces Soarin iba a acompañarla, como ahora, y escuchaba sus eternas quejas, sin que Velvet se diera cuenta claro está.

—Es una bruja. Solo le falta un sombrero y su escoba —opinaba él mientras jugaba con la pelota. Rainbow lo miró incrédula

—¿De qué hablas? Claro que tiene escoba. Y sombreros... Bueno creo que tiene algunos en su cuarto. Jamás he entrado ahí

—Pues. Tal vez sea un portal a otro mundo. O tal vez...

—Parale a tu imaginación, Soarin. Eso no me ayuda. ¿Tienes comida?

—¿Para qué?

—Presiento que hoy me quedaré sin cena. Y recién son las... —desde el jardín le echó un vistazo al reloj de la sala— 6:50 pm. Aún falta para que termine este día

—¿Sin cena?

—Para que veas...

Estaban tan concentrados criticando a Velvet, que ninguno de dos los advirtió que Twilight los llamaba desde su ventana, alertándolos de que su mamá estaba por ahí. Ella no sabía de la existencia de Soarin, pero cualquier amigo de Rainbow, era inmediatamente enemigo suyo. Sí, tenía una horrible actitud infantil e inmadura, el verdadero y único problema en su ex–relación con Night. A veces con sus amigas, solo a veces.

—Gracias por acompañarme Soarin, pero debo irme en unos minutos más. Sino mi mamá se pondrá furiosa

Velvet no tenía ganas de ver a Rainbow, así que se dirigió a su habitación, y hubiera llegado de no ser por la aun voz algo chillona de un peliazul que le respondió la crítica a la peliarcoiris, y se cambió su camino al jardín trasero.

—Esa señora se pone de todo furiosa ¿Acaso sabe que significa sonreír? Creo que Pinkie debería darle unos cuantos consejos ¿No crees?

—Tal vez... —Rainbow había intentado responder pero el portazo con el que Velvet cerró la puerta tras suyo la asustó, al voltear se encontró con esos ojos celestes que la aterraban. Soarin también dio un respingo al verla.

—¿Tal vez qué? —preguntó furiosa mirando con toda su atención, no a Rainbow sino al peliazul que estaba en posición de defensa— ¿Y tú quién eres?

—Soy Soarin, Soarin Storm, señora —respondió tratando de sonar calmado, cosa que resultaba difícil con los nervios de punta que tenía su amiga— amigo de Rainbow

Rainbow lo miró asustada, cualquiera hubiera pensado en decir frente a Velvet claro "Soy amigo de Twilight y vengo a tratar de enseñarle algo a esta vaga" pero Soarin no. Velvet miró a Rainbow, que bajó la cabeza. Miró a Soarin y frunció el ceño.

—Entonces... no eres bienvenido en mi casa. Si quieres verte con Rainbow será fuera de aquí ¿Oíste? ¡Largo de mi casa!

Soarin se fue. Rainbow se quedó sola, no se atrevió a mirar a la adulta, que con empujones la metió de vuelta a la casa.

7:00 pm.

Aún faltaba media hora. Media hora que ahora pasaría estudiando. Suspiró, Velvet maldiciendo por lo bajo, subió a su cuarto.

Rainbow cerró el libro y caminando a la cocina, abrió la refrigeradora y cogió el taper con una etiqueta que Twilight le dejaba para comer.

Solo faltaban dos días para terminar la semana.

 

¡No Eres Mi Hija!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora