Capítulo 12: "The Sentry's club"

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Twilight y Flash bajaron a ver que había pasado, pero Velvet estaba pálida como fantasma. Y junto a ella, un señor que estaba igual de pálido.

Twilight lo miró, el supuesto padre de Rainbow. Sonrió y corrió hacia él, ERROR.
Por suerte Rainbow se había quedado arriba mirando como Pinkie dibujaba.

-Mamá... ¿Es el papá de Rainbow? -preguntó ella con una leve sonrisa, su mamá bajó la mirada. Strikes soltó un suspiro, lo que había dicho Velvet era verdad.

Firefly había tenido una hija.
Una que no era de él...
Aunque... ¿Quién decía que no?
De todos modos, Velvet había callado que Night lo era.

Pero eso no era verdad.

Night no era el padre. Pero eso solo Firefly lo sabía. Y ella ya estaba muerta.

Y Flash... Flash miraba la escena de telenovela con la compañía de su linterna de juguete.

-☆-

Velvet no había dado ninguna clase de explicaciones.
También había prohibido decir quien era el que había tocado la puerta.
Simplemente había empacado dos maletines con lo necesario para 4 o 5 días lejos de casa.

Para Twilight el más equipado con gráficos de como comer y en qué horarios para evitar el sueño y la pesadez y horarios de lectura. Para Rainbow uno de horarios de deporte, alejados de horarios de comida y el nombre de las cremas que utilizaba cuando se lesionaba.

Llamó a la mamá de Flash, confirmó algo, cortó.

Llamó al padre de Soarin, consultó, confirmó, cortó.

Al día siguiente una camioneta negra pasó a recogerlas. En ella estaban Soarin y Flash conversando.
Casi sin despedirse, Velvet hizo subir a las dos chicas a la camioneta. Cerró la puerta y se regresó a la casa

Eso ya había pasado hacía 1 semana. Y de ahí no se sabía nada de Velvet o del extraño señor de cabello multicolor muy parecido a Rainbow.

Habían estado hospedadas en el club de 'lujo' The Sentry's Club, nombre que al parecer de Twilight sonaba ridículo.
Flash vivía ahí, junto a sus padres quienes tenían un cuarto dedicado exclusivamente al cuidado y resguardo de todos los retratos o pinturas de su hijo que algunos pintores 'famosos' habían hecho de él. Cuatro guardaespaldas y siete vigilantes se encargaban de que nadie entrara. Sin embargo con Rainbow y Soarin rondando por ahí, su trabajo se les hacía imposible.

Ese par había demostrado una increíble habilidad para destruir cosas en tiempo record.
La señora Sentry ya estaba cansada de regañarlos y pedirles por favor que fueran más cuidadosos. Pero nada que ver, sobretodo ahora que se había enterado que algunos de los cuadros tenían poses que de seguro ayudarían mucho a Pinkie y su blog que por cierto ya iba por más de 1530 likes.

-☆-

-¿Segura que no quieres? Va a ser divertido

La señora Sentry había tenido que cancelar su hora de spa y con la poca paciencia que le quedaba les había dado el lugar de escaladas.
Aquella pared llena de rocas de plástico tenía una altura de 300 mts y era el lugar perfecto para mantener a esa plaga destructora lejos de su club.
Soarin ya estaba equipado y con el arnés puesto, ahora la que no quería quedarse ahí era Rainbow.

-No, gracias. Tengo flojera -mintió ella. La verdadera razón por la que no quería hacerlo era porque tenía algo de vértigo, y porque esas rocas no parecían muy seguras, alguna que otra se movía con facilidad de su sitio- ¿Acaso tienes miedo? -la retaba Soarin que empezaba a escalar. Rainbow frunció el ceño

-No

-Si ajá. ¿Entonces por qué no quieres? -Soarin no esperó a que Rainbow contestara- Oh es cierto, porque eres miedosa

-Cállate Storm

-Miedosa, miedosa, Rainbow es miedosa -canturreaba él qué iba por los 300 mts de escalada

-¿Quieres retarme? ¡Ahora vas a ver! -gritó ella, cogió el arnés sobrante y se lo colocó- no me esperes porque voy a matarte

Mientras Rainbow empezaba a escalar, la roca en la que estaba apoyada la mano izquierda de Soarin se movía de su sitio sin que nadie se diera cuenta. A la par que Rainbow subía, la roca iba cediendo al peso del peliazul. Cuando finalmente Rainbow lo alcanzó, la pobre roca no pudo más y se salió de la pared.

Soarin soltó un grito, en su desesperación por no caerse, cogió la primera roca que vio, y justo ahí Rainbow ponía su mano segundos después. Al contacto tanto el peliazul como la peliarcoiris se sonrojaron, pero la escena no duró tanto porque Soarin volvió a resbalarse.

-Soarin... dime que te colocaste brea en las manos -preguntó Rainbow con la esperanza que Soarin dijera sí, el peliazul la miró confundido

-¿Brea? ¿Para qué?

Bueno al menos eso explicaba dos cosas: uno; por eso se resbalaba con facilidad. Dos; Soarin era un total idiota.

-Olvídalo. Y ahora que lo digo, yo tampoco tengo...

La peliarcoiris se estaba preocupando, estaban a mínimo 300 mts de altura, miró el arnés de Soarin, sí había brea, en un frasco. Eso volvía a indicar la idiotez de su amigo. El problema era que la brea estaba demasiado cerca de la retaguardia del peliazul, debía ser extra cuidadosa.

-Soarin, por favor, no te muevas

-¿Qué pasa? ¿Tengo una araña? ¿La tengo? ¡¡QUITAMELA!!

-Cállate -pidió ella, se acercó más a Soarin, al frasco. Lamentablemente al querer tomarlo; Soarin convencido de que tenía una araña se movió.

Y la mano de la peliarcoiris fue a parar directo a una de las nalgas de Soarin...

¡No Eres Mi Hija!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora