11 de Mayo del 2015

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11 de Mayo del 2015


La victoria de Dave al no querer darle su nombre a Layla fue agridulce. Realmente no quería hacerse el interesante pero vaya que quería hacer trabajar a la chica después de lo que había hecho con su auto.

Pocos días después de ni siquiera haberla visto alrededor del campus, se preguntó si había perdido la única oportunidad de volver a tener una conversación con ella. Estuvo a punto de lanzar su dignidad y quedarse esperándola en el estacionamiento cuando llegara el miércoles pero no tuvo que hacerlo.

Apenas había pasado una semana desde el primer día de clases y el viejo de historia ya había mandado el primer ensayo. Jake se había burlado de él cuando lo miró con una montaña de libros sacados de la biblioteca porque le aseguró que ninguno serviría para poder aprobar. El primer ensayo era una especie de filtro y, hasta el momento, había pocas personas que habían logrado pasar.

―¿Cómo demonios hiciste tú, entonces? ―espetó, frustrado porque después de tres horas de investigación, había perdido su tiempo.

―Solo olvídate de esta primera evaluación.

―Equivale a casi la mitad del semestre.

―Exacto, por eso es una carrera contra el tiempo pasar las últimas dos evaluaciones pero es la única oportunidad que tienes de aprobar ―se encogió de hombros. El maldito cabrón estaba relajado porque ya había pasado pero recordaba verlo en la misma posición que él en el semestre anterior.

―Suena fácil, ¿no? ―inquirió con sarcasmo pero lo único que consiguió de Jake fue una sonora carcajada antes de volver a encerrarse en su habitación.

Dejó escapar un bufido y cerró el libro de un golpe seco. No iba a dejar el ensayo sin concluir pero necesitaba un descanso y sacarse la frustración de encima, no podía darse el lujo de reprobar esta materia.

El sonido de su celular lo alertó de un nuevo mensaje pero no estaba seguro si quería leerlo. Si era Grant con otra fiesta a la que tendría que declinar, iba a explotar. Literalmente no había salido de su casa para otra cosa más que para algo relacionado con la universidad.

Desconocido:

Reto cumplid. Mejor suerte para la próxima vez, Dave.

Frunció el ceño, sin entender el mensaje. No conocía el número y estuvo a punto de responder que si se trataba de una broma...

Otro mensaje llegó.

Desconocido:

Tu amigo Jake puede ser muy fácil de persuadir cuando se trata de hacer a alguien ganarte ;)

Tal frustrado como estaba por lo de su clase de historia, aquel mensaje lo divirtió. Aun no estaba seguro de quien era pero comenzaba a tener una idea así que escribió:

Dave:

El maldito cabrón nació para joderme, pero no estoy seguro de qué posición ocupas tú.

Pasó un minuto y luego la respuesta:

Desconocido:

El de odiarte por hacerme derramar mis entrañas en el estacionamiento de la universidad y ni siquiera decirme tu nombre.

Y no se había equivocado. La pequeña rebelde no solo había conseguido saber su nombre sino que había elevado el nivel al conseguir también su número. Ahora su victoria sí que estaba completa. El triunfo no había estado en dejarla con la curiosidad de saber quién era sino en hacerla trabajar y saber si el interés era mutuo.

Dave:

¿Quiero saber los detalles de lo que tuviste que hacer para conseguir mi número?

Layla:

No eres de tan alto nivel. Te lo dije, tú amigo fue presa fácil una vez que le dije que te vencería.

Dave:

Nunca acordamos que fuera una apuesta.

Layla:

Tal vez no, y aun así, acabo de ganar ;)

No sabía que era al revés pero la iba a dejar creerlo por ahora.

―Eres un bastardo, Jake ―gritó desde la sala, sabiendo que su amigo lo escucharía aun dentro de la habitación.

―Me preguntaba cuanto tardaría en escribirte ―gritó de vuelta y juraba que podía escuchar la sonrisa en su voz.

Sacudió la cabeza pero en el fondo estaba agradecido con su amigo. Miró la pantalla de su celular y escribió de vuelta:

Dave:

Ahora necesito la revancha, ¿cierto?

Layla:

Para eso tendríamos que vernos de nuevo.

Dave:

Eso acaba de convertirse en una pregunta.

¿Cuándo nos veremos?

Layla:

Hagámoslo tu próximo reto.

Nunca había estado tan ansioso por ganar algo desde que esa chica lo convirtió todo en una competición.

Layla personalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora