10 de Noviembre del 2015

380 38 2
                                    

10 de Noviembre del 2015


No pensó que Layla regresaría por un tiempo a la universidad así que le sorprendió verla salir del edificio principal. No habían hablado desde que él se quedó a dormir en su casa después del entierro de Frank así que no sabía nada de ella. En algún momento se debían una conversación pero no quería forzarla.

Se dijo que solo debía saludarla casualmente y seguir caminando para no abrumarla. Ella miró en su dirección y le devolvió el saludo pero no siguió caminado, de hecho, lo llamó.

―Yo... eh... quiero hablar contigo ―esas palabras eran mágicas para una persona que no había oído de ella en días pero algo en el pecho le dijo que las cosas no estaban bien y que, quizás, desearía no haber escuchado esas palabras.

―Claro, ¿vamos a la cafetería?

Ella asintió y lo siguió silenciosa todo el camino al interior de la cafetería. Adentro no había muchas personas, en aquel momento probablemente la mayoría estaba todavía en clases así que era un buen lugar.

Tomaron la primera mesa que encontraron vacía y él se ofreció a pedirle algo pero ella negó.

―La verdad solo quiero hablar.

―Está bien ―se calló, esperando que ella dijera lo que tenía para decir pero cuando pasaron minutos y aún seguía mirando fijamente sus manos, habló nuevamente―: ¿Pasa algo? No pensé verte por aquí hasta la próxima semana.

―Bueno... ―Layla apretó los labios y suspiró, no lo estaba mirando a los ojos―. Solo vine a retirar mis papeles.

―¿Qué? ―no podía haber escuchado bien―. ¿Retirar tus papeles?

―Así es ―confirmó ella pero su cabeza se estaba negando a entender.

―¿Quiere decir que te retiras de la universidad?

Solo hizo un leve movimiento con la cabeza de afirmación pero fue lo suficientemente perceptible para él. De verdad había escuchado que ella se estaba retirando.

―¿Por qué? ―fue todo lo que pudo preguntar.

―No... no puedo seguir aquí ―su voz tembló por un segundo y supo que le costaba lo que estaba diciendo.

―Frank no habría querido que te fueras.

―Frank ya no está ―sus palabras sonaron tan potentes que se estremeció. Sus ojos estaban enrojecidos y supo que estando sola dejaba salir todo el dolor que reprimía en presencia de alguien más.

―Pero habría querido...

―Eso ya no importa ―lo interrumpió, sorbió por la nariz y pasó una mano por su mejilla para retirar la única lagrima que se había escapado―. El asunto es que ya no voy a estar aquí así que no puedo seguir en esta universidad.

―¿Cómo que no vas a estar aquí?

―Me voy a ir con mamá y Jones ―aquellas palabras fueron aún peores de escuchar. Era como la sentencia a la derrota.

―¿A dónde?

―Él... Jones tiene que hacer un viaje de negocios y ella irá ―hizo una pausa―. Necesito alejarme de aquí y ellos me están dando la salida.

―¿Pero a qué costo? Nunca soportaste a Jones.

―Eso tampoco importa ahora, solo necesito irme.

Se levantó bruscamente de la mesa pero él tomó su mano antes de que pudiera correr fuera de la cafetería.

―Quédate conmigo.

Su mirada fue directo a la de él cuando pronunció las siguientes palabras que le rompieron el corazón:

―No puedo.

Y así fue como salió de su vida.

Layla personalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora