Capitulo veintidós "Como en los viejos tiempos"

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Al final de las clases mientras caminaba sola hacia la salida pude ver la espalda de Nathaniel entre la multitud . Apresuré mi paso lo más que pude para lograr alcanzarlo y una vez que estuve a su par, comencé a hablar.

"Hola Nathaniel... Me estaba preguntando sí vas a unirte a algún club".

"Sí" contestó mientras caminaba con una mano en su bolsillo y la otra sosteniendo su maletín,

"Y... Se puede saber a cual planeas unirte".

"Kimberly... No te diré cual tomaré porque tengo por seguro que tomarás el mismo que yo. Nos vemos".

Comenzó a caminar a un más rápido que de costumbre y se perdió entre la multitud.

Hice un mohín.

Tengo que saber cual tomará. Necesito estar más cerca de él.

Bien. Según las indicaciones que me dieron, esto es el edificio de los clubs. Comencé a caminar entre los pasillos agudizando mis oídos y abriendo bien mis ojos por sí lo encuentro. Di la vuelta y subí las escaleras al primer nivel. No había rastro de él. Maldije para mi misma. Me acerqué al balcón y me recargué sólo un minuto.

Suspiré.

¿Y ahora cómo se supone que sabré cual fue el club que Nathaniel tomó?

Bajé mi cabeza y escuché unos pasos acercarse por la escalera.

Rápido busqué un lugar en donde esconderme y ver de quien se trataba.

¡Nathaniel!

Comenzó a subir las escaleras que iban al segundo piso. Tranquilamente salí de mi escondite y fui tras él.

Reí para mi misma.

Esto es como en los viejos tiempos.

Él siguió subiendo las escaleras hasta el tercer piso. Después de ahí dio la vuelta a la izquierda, fue todo derecho y volvió a dar vuelta.

Respiré profundamente mientras seguía sus pasos. Antes de dar la segunda vuelta, asomé un poco mi cabeza y lo vi parado frente a la ultima puerta de ese pasillo. Regresé mi cabeza atrás del muro y conté hasta diez para que no se viera tan obvio que lo estaba siguiendo.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siente, ocho, nueve... Y diez.

Llené de aire mis pulmones y comencé a caminar hacia esa puerta... Giré la perilla y puse una gran sonrisa.

"Hola... ¿Puedo unir...me?" dije en un tono jovial que se apagó de pronto.

Mi sonrisa se me borró del rostro.

Esto no era como imaginé que sería.

¿En dónde estaba Nathaniel?

En ese lugar sólo había cinco tipos muy raros con un pinta de desaliñados tremenda, computadoras con Paint Tool SAI y Manga Studio abierto, y pósters... Muchos postres de anime pegados en las paredes.

Sonreí apenada.

"Disculpen... ¿No está Nathaniel aquí?"

"¿Quien?" preguntó uno de los frikis.

"Debe de ser el que sólo abrió la puerta y con la misma se fue" le respondió un friki de cabello largo y seboso que usaba lentes.

"¿Cómo dicen?" pregunté sorprendida.

Salí hacia el balcón y me asomé hacia todas direcciones.

Una gran "O" apareció en mis labios.

Cuando lo vi él estaba dos pisos más arriba. Me sonrió burlonamente y desapareció.

Me volví con los frikis.

"Muchas gracias... Nos vemos" sonreí y cerré la puerta detrás de mi.

Me apresuré por el pasillo y se podría decir que literalmente estaba corriendo por las escaleras. Llegué por fin al cuarto piso... Caminé por el pasillo, doblé hacia una dirección y después hacia otra. Realmente no tenía ni la más mínima idea de hacia donde iba. Pero estaba segura que encontraría en donde se había metido Nathaniel.

De pronto la vi...

Recargada en una pared estaba Meredith Griffin. Con su hermoso y largo ondulado color negro, su cara de muñeca y su ropa sofisticada.

El terror entró en mi.

No será que ella...

Nathaniel apareció a mi vista.

Comenzaron a hablar. Pero no alcanzaba a escuchar.

Meredith giró sobre sus talones y abrió la puerta.

Ambos entraron.

¡Bien esta es mi oportunidad!

Corrí por el pasillo. Derrapé al llegar a la ultima puerta de ese pasillo escondido del cuarto piso. Giré el pomo y con una sonrisa brillante y jovial entré.

"Hola... Quisiera unirme..." giré mi cabeza y leí "Al club de tenis".

¿Club de tenis?

¡Claro era tan obvio!

Nathaniel es muy bueno jugando al tenis.

Ahí estaba ese señor desaliñado de la cafetería que sonreía jovialmente.

"Claro, claro. Entra, ¿Cuál es tu nombre?" preguntó.

"Kimberly Allar".

"Hola, mi nombre es Stephen y soy el que está cargo de los nuevos miembros. Bienvenida" sonrió de oreja a oreja.

Estamos en formación; Meredith, Nathaniel y yo.

Meredith giró su rostro y me difuminó con la mirada.

Supongo que molesta.

No solo ella iba a estar en el mismo club que Nathaniel.

¡Enhorabuena que logré encontrarlo!

Comenzó con un beso [Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora