Prólogo

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Siempre apurados, siempre aprisa.


Siempre con la necesidad de sentir algo más que solo un pequeño soplo de aire sobre sus rostros. ¿Qué se supone que se debe de hacer en estos momentos? ¿Retractarse? Esa no era una opción; y más sin embargo esa idea parece ser aún más tentadora que seguir con esa farsa.


¿Quien es él? Un apurado hombre con sentimientos inaccesibles, con la mirada más fría que un cubo de hielo. Sin metas en la vida. ¿Por qué? Es simple la respuesta. Él puede hacerlo todo.


¿Quien es ella? Una apurada mujer con los sentimientos de una pequeña niña asustada, con la mirada más cálida que el atardecer de un día de verano. Con sueños y metas que no puede cumplir. ¿Por qué? La respuesta es muy simple, la inseguridad no le permite continuar con lo que emprende.


Sin embargo los dos están embaucados en algo que va más allá que ellos mismos. Algo que sin duda los consume como una chispeante llama, que les quema el interior hasta convertirlos en cenizas. Y cuando ya no queda nada ninguno de ellos tiene la menor idea de como proseguir con lo que les corresponde.


Tal vez ese sea el problema, ninguno de ellos sabe como actuar ante el otro. Después de todo se casaron sin conocerse del todo. Aunque ella sabía que él era un hombre con sentimientos inaccesibles en una extraña fantasía pensó que después de convivir juntos como esposos, él cambiaría sus maneras de actuar ante ella. Pero se equivocó. Nada de eso sucedió.


En cambio él se volvió aún más frío, más distante. Como si con eso logrará mantener una barrera en su mente para no salir lastimado, y aunque suene horrible. La única lastimada fue ella junto con sus sentimientos destrozados.


¿Qué ingenua al pensarlo? ¿No?


Él nunca cambiará, por más que ella lo deseé... Él nunca lo haría.


                                                               ***************


¿Por qué tenía que ser tan frío con ella?


Ni siquiera él mismo tenía la respuesta. Simplemente era como un mecanismo de defensa ante el miedo de salir lastimado. Pero ¿por qué tener miedo? Si ella era su esposa. Tenía que ser la persona en la que más confiará y sin embargo no lo hacía. Tal vez era su culpa. Tal vez tenía que esforzarse aún más para que eso funcionará.


Pero, ¿como hacerlo?... Si ellos estaban peor cada día.


Casi nunca hablaban y sí lo hacían era ella la que siempre terminaba hablando por los dos.


Él se frotó la cara con sus manos.


Tal vez debería cambiar las maneras en las que la trataba. Porque al final del día él sabía que ella estaría ahí, pero ¿qué pasaría cuando ya no lo estuviera? Un sentimiento de pérdida lo inundó.


No quería perderla lo sabía en lo más profundo de su ser. Pero no sabía de que manera actuar... Ella lo perturbaba de una manera tan lasciva que no tenía idea de como afrontarlo.


Kim sabía que él la amaba.


Lo sabía, pero también era su culpa por no demostrárselo como debería de ser.

Estaba tan frustrado por todo lo que estaba pasando. El estar con ella y a la vez no estarlo de una u otra manera estaba acabando con él. No era normal que durmieran en la misma cama con cada quien en un extremo de ella. No era normal que no la tocará aún cuando ella era la mujer que él más deseaba en este mundo. No era normal que después de años de casados se hablarán como amigos solamente, aún cuando la había hecho suya numerosas veces... Aún cuando él era consciente de que daría la vida por ella.


Comenzó con un beso [Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora