Capítulo Treinta y cinco "¿vives con ella?"

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La tarde ya había caído cuando salí del restaurante de mi papá a las siete treinta. Tenía tantas ganas de uno de sus riquísimos platillos que no dudé en venir terminando la práctica de tenis. Como de costumbre cuando Kinich estaba intentando flirtear conmigo pero ya de una manera más reservada. Él escuchó cuando las tres estábamos hablando de mi primer beso con Nathaniel y sé lo mucho que eso le afectó. Hasta siento pena por él.
De camino a la estación del subterráneo que tengo que abordar para llegar a casa se me ocurrió la magnífica idea de ir a espiar un poquito a Nathaniel en su trabajo en el lado oeste de la ciudad. Me quedaba muy retirado. Si. Pero necesitaba verlo a menos de lejos y si se podía como coincidencia toparme con él al salir y conversar. Mi corazón comienza a palpitar a mil por hora y mis mejillas se sonrojan al imaginarlo.

Debí llegar a las ocho u ocho veinte más tardar, a la estación y en lo que caminé fueron otros diez minutos más. Al estar parada frente a la fachada de la cafetería en donde Nathaniel trabaja logré mirarlo de reojo. Estaba tan guapo; no lo podía negar.
Mi teléfono comenzó a vibrar. Lo saqué de mi mochila y contesté la llamada mientras intentaba encontrarlo con la mirada. Pero él ya no estaba ahí ¿Hacia dónde puedo a ver ido? Comencé a volverlo a buscar al mismo tiempo que volvía a guardar mi teléfono. Era una llamada de un numero equivocado.
Lo busqué y lo busqué. Y no había rastro de él por ninguna parte hasta que... Escuché unas risas que provenían de la puerta central de la cafetería y no eran precisamente de él, sino de ella.
Corrí a esconderme y al mirar que iban lo suficientemente juntos como para ser confundidos como una pareja me quedé petrificada.
En mi mente una lucha interna se estaba efectuando . En ese mismo instante tenía que elegir entre dejarlo por la paz e irme a casa derrotada o seguirlo para poder confirmar que lo que había dicho Savannah. Pero tenía que decirlo ya.
Cerré mis ojos y pedí que lo que fuese que descubriera no fuera lo suficientemente malo como para romperme en mil pedazos.
Suspiré profundamente y comencé a seguirlos con la oscuridad de la noche como mi compañera. Tenía que llegar al fondo del porqué Nathaniel había dejado su casa.

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Okay. Creo que esto no es bueno.
Después de haberlos seguido por el lado Oeste, Me encuentro aquí frente a un edificio de departamentos de los más lujosos que puede haber en esta zona. Nathaniel y Meredith iban pasando el lobby mientras yo estaba a una distancia considerable para poder mirarlos. A lo lejos muy a fuerzas pude distinguir como ambos se miraban y se sonreían, para después entrar al elevador.
Cuando las puertas de este se cerraron. Empecé a caminar con paso firme hacia el edificio y al entrar comencé a buscar un buzón que tuviera el apellido de ella. Tal vez sólo estaba maquinando... No podía ser que ella viviera ahí. Tal vez sólo fue al departamento de él para cenar, o...
Me quedé pasmada y sin poder respirar cuando encontré el buzón. Mi mente no lo podía leer sin atorarse en la primera sílaba. Gri... Cerré mis ojos y su apellido se comenzó a escribir con fuertes pulsadas de dolor hacia mi corazón.
Griffin. murmuré con voz apagada.
No podía ser cierto.

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Justo en este momento Jenna y Savannah me están mirando como si fuera un bicho raro. Estoy consiente que me veo horrible. Mi piel está más pálida de lo normal, mis ojos hundidos y las bolsas negruzcas de las ojeras bajo ellos.
Está mañana mi despertador sonó a las siete en punto como todos los días sin importarle que haya pasado toda la noche en vela intentando dejar de pensar sobre lo que había dicho Savannah de Nathaniel y Meredith.
"¿Estás bien, Kim?" Preguntó Jenna.
Parpadeo un par de veces antes de contestarle.
"Sí. Estoy bien".
Ambas se miraron confundidas y sé de sobra que saben lo que me está sucediendo.
"¿Completamente segura?"
Podía sentir el peso de su mirada sobre mi. Y la culpa comienza a carcomerme. Realmente quisiera decirles lo qué pasó la otra noche. Que pasé tres horas afuera de ese edificio esperando que él saliera y que nuca lo hizo. Que pasé la noche en vela llorando y que no pude dormir por estar imaginando cómo Nathaniel la besaba y abrazaba. Simplemente no puedo.
"Si. Lo estoy".
Savannah y Jenna se limitaron a encogerse de hombros.

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Continuará
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Comenzó con un beso [Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora