Tinta Roja

XXVI

-Candice!- Exclamó feliz Alisson al verme despertar.
-¿Qué sucede?- Dije confundida. No entendía que hacia mi amiga en mi casa luego de nuestra pelea.
-Liam me llamó- Hizo una pausa y luego continuó- Se te había bajado la presión y te desmayaste. Él no sabía a quien avisarle porque no conocía donde quedaba tu casa ni tampoco podía comunicarse con tu madre.
-¿Y quién me trajo hasta mi casa?
-Llamé a tu mamá para decirle que había pasado, ella te trajo en el auto hasta acá.
-Gracias, Aliss- Dije y la abracé.
-Denada, amiga. Me alegra que estés bien- Contestó con una sonrisa.
-¿Y Liam?- Pregunté.
-Si no sabes tú... Él es tu novio...
-No es así, y lo sabes.
-Entonces ¿Por qué dormiste en su casa anoche?
-No quería irme hasta mi casa sola, y sabía que si iba a su casa, su madre me traería. Pero como ella no estaba, él hizo que me quedara. Y yo acepté.
-Entonces no son novios... Ok.
-Me parece bien que lo entiendas.
-¡Tengo una noticia para darte!- Dijo contenta.
-¿Cuál?
-¡Lewis está devuelta en la ciudad!
-¿Enserio? Con todo este lío me había olvidado de él.
-Si, él dijo que vendría a visitarte. Yo le conté que fue lo que te pasó.
-Ok. ¿Cuándo lleg...- No pude terminar. Alguien golpeaba la puerta, y muy fuerte.
Intercambiamos miradas desesperadas con Alisson, pero ella fue a abrir.
Giró la llave lo más rápido que su mano temblorosa lo permitía. Soltó un largo suspiro y abrió, pues los golpes eran cada vez más fuertes.
Una mujer, vestida de negro totalmente, con un largo cabello oscuro que le llegaba hasta la cintura estaba del otro lado de la puerta, iba acompañada de unos chicos mas o menos de nuestra edad que tenían la cara tapada.
-Buenas tardes- Dijo Alisson amablemente, pues ella no se imaginaba que aquella mujer era la que enviaba las notas- ¿Qué desea?
La mujer empujó a mi amiga, dejándola en el piso y dejándose paso hacia a mí.
-Asi que tú eres Candice, la chica que cometió el peor error de su vida, como sueles llamarlo.
-Si, soy yo.-Afirmé, enfrentando a la mujer.