XXXI

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Annelise vio que estaba llorando e hizo que me callara.
-Deja de llorar. Tendrás tiempo para eso luego- Me dijo. Sus ojos negros me fulminaban; ella tenía una mirada oscura al igual que su frío corazón. No sabía que era lo que iba a hacer conmigo y eso me hacía temerle más.

-¿Dónde está mi amiga Alisson?- Pregunté luego de un rato.
Las demás personas que iban en el auto me ignoraron, así que repetí la pregunta.
-¿Puedes callarte de una vez?- Dijo uno de los chicos que viajaba al lado mío.
-...Solo pregunté algo- Contesté, y luego bajé la cabeza. Cerré los ojos e imaginé que no estaba ahí y que todo estaba bien. Imaginaba que Sarah dormía mientras mamá hacía el desayuno y yo la ayudaba, tal como había sucedido aquella mañana.
Me gustaría tener a las dos en casa devuelta y que todo vuelva a la normalidad.

La única vez que visite a mi hermana en el hospital fue el día de su cumpleaños. Me acerqué a su cama y dije suavemente a su oído:
-Muy pronto volveremos a estar juntas, lo sé.

Tal vez me haya escuchado, tal vez no.
Solo sé que la extraño y me arrepiento de lo que hice.

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Tardé en subirlo, pero cumplí.

Llegamos -y pasamos- a las 390 lecturas!!!
Gracias infinitas a todos los que leen la novela x3

Y para hacerlos sufrir un poquito, el próximo capítulo lo subo cuando lleguemos a las 460 lecturas

Tinta RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora