Tinta Roja

XXXV

-Hola! Cómo estás?- Dijo Annelise cuando atendió la llamada.

Mientras tanto, encendí el televisor. Luego de un rato, Annelise dijo algo que llamó mucho mi atención.

-Está bien, nos vemos allá. Adiós Lewis.- Dijo ella un segundo antes de terminar la llamada.

Mis ojos se abrieron como platos; ¿Sería que mis sospechas sobre Lewis eran ciertas?

-Tengo un amigo del mismo nombre...- Comenté disimulando mi interés.
-Ajá- Respondió sin importancia ella.
-...Pero nunca está en la ciudad. Qué casualidad, no?- Continué.
-Si- Murmuró Annelise mientras ordenaba unas cosas de su bolso.
-¿Me estás escuchando?- Pregunté irritada. Odiaba cuando me ignoraban.
-¿Me hablabas?- Contestó distraída.

La miré desafiante. ¿Acaso se estaba burlando de mí?

-Dime si ese Lewis es el Lewis que yo conozco.- Dije decidida.
-¿Hablas de tu amigo?- Ella rió.- Sí, es él. Trabaja hace un tiempo para mí.

Suspiré y me lancé sobre mi cama. Me sentía decepcionada, traicionada.