-¡Ya está todo listo, Richard, no tienes que estar tan paranoico, además, lo único que pasa es que Candice regresa de Londres!- dijo Sara Leagan, un tanto molesta por la actitud de su esposo, no podía creer que estuviera tan nervioso y visiblemente feliz por el regreso de su hija. Después de todo, ¿Qué tenia de especial?
-¿Pues querías más? Desde hace seis años mi adorada hija salió de Su casa para ir a vivir con mis suegros. No quiero que se arrepienta de su decisión de regresar a casa. Por eso quiero que todo salga perfecto en su fiesta de bienvenida.
-Para empezar- espetó la mujer molesta- ellos ya no son tus suegros, ese lazo se rompió cuando tu mujer murió. En segundo lugar, si Candice salió de "SU" casa como tu dices, fue por la insistencia de tus hijos, y ella, que yo recuerde no objetó nada. Y en tercer lugar, ¿Cómo crees que tu hija se va a arrepentir de regresar si el principal motivo de volver es para comprometerse formalmente con mi Neal?
-Tienes razón, discúlpame, por favor. Sin duda es algo más que tengo que agradecerte, sino hubiera sido por la insistencia de Neal, mi niña, no regresaría.
Lo que Richard Cornwell olvidaba era la verdadera razón por la que su hija, Candice Cornwell, había salido de su casa. Elizabeth Cornwell, madre de Candy murió cuando la niña apenas contaba con ocho años, dejando también a sus dos hijos mellizos de trece años, Archivald y Stear. Dos años después su padre conoció a Sara Leagan, viuda igual que él y con dos hijos Elisa y Neal.
Cuando 6 meses después contrajeron matrimonio, empezó el verdadero suplicio para la pequeña, pues Elisa, a instancias de su madre se encargó de hacerle la vida de cuadritos, haciendo que Candy quedara mal ante los ojos de su padre, durante cinco años, sufrió por parte del señor Cornwell, castigos, regaños, y hasta golpes. Hartos de la situación, sus hermanos, gracias a los consejos de uno los hermanos de su madre, tomaron cartas en el asunto. Aunque todavía no terminaban sus carreras universitarias, empezaron por hablar con su padre para informarle que al ser miembros accionistas por parte de su madre, y siendo desde hace un par de años mayores de edad, tomarían su lugar en la empresa Cornwell-Bennet. Tuvieron que hacerlo así pues su tío les informo que, el joven Leagan con la autorización de su padre, había tomado el lugar de los hermanos en la empresa.
Y por último y no en importancia, cumplirían la 'voluntad de su madre, de que Candice recibiera una muy buena educación en una de las más prestigiosas escuelas de Londres, el colegio San Pablo. Y para eso su hermanita tendría que ir a vivir con sus abuelos. Una excusa, ellos lo sabían, pues una versatilidad del colegio era que, los padres podían decidir entre el internado o el que los alumnos pudieran salir todas las tardes a sus hogares. Pero para ello, debían contar con familiares residiendo en la ciudad, y como sus abuelos vivian ahí, era el pretexto perfecto de ayudar a Candy, para que se librara de las Leagan, pues su hermana no crecería sola, sin un lugar al que pudiera llamar hogar, y más importante sin amor. Pues los señores Bennet, amaban con todo el corazón a todos su nietos, pero en especial Candy, pues era la viva imagen de su Elizabeth.
Asi que sin más, Richard Cornwell, a regañadientes había aceptado todas las decisiones que sus hijos habían tomado. Y sin duda, eso sirvió para que Richard, con la distancia empezara a extrañar a su hija, sobretodo que porque cada que la veía podía recordar a su amada Elizabeth. Y con gran remordimiento, empezó a visitar continuamente a su hija, estrechando con el tiempo su relación.
Por lo tanto, Sara Leagan, al ver que la relación de su esposo con Candy se fortalecia y viendo que no podía hacer nada por alejar a esa chiquilla, decidió utilizar a su hijo. Neal nunca estuvo de acuerdo con su madre y hermana en la manera que trataban a Candy, pues desde que le conoció gustó de ella, por eso su madre al darse cuenta, instó a Neal, a estudiar en Londres, para así provocar un acercamiento con la chica. Eso sin duda, le traería más beneficios, pues si Candy terminaba casada con Neal, no habría ningún problema acceder a su cuenta bancaría. Que obviamente, era mucho más grande que la suya, pues al casarse, con el señor Cornwell, firmó un acuerdo prenupcial y al momento en que, en dado de los casos, hubiera un divorcio ella no recibiría nada más que lo que llevaba puesto. Y es que al principio su plan había sido alejar a los tres hijos de su padre, y que Elisa y Neal ocuparan el espacio de los hijos, para que al divorciarse o al morir, Richard Conrwell, los viera como a verdaderos hijos dejándoles toda su fortuna.
Pero al ver que con los años, el hombre en vez de alejarse de ellos, cada día se sentía muy orgulloso de sus hijos, decidió cambiar de táctica, y se sentía orgullosa de ello, pues sin duda al final todo saldría como lo esperaba. ¿Qué podía cambiar? Neal había logrado conquistar a Candice, y ahora ella había aceptado casarse con él. Nada podría salir mal, absolutamente nada...-
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Del Brazo Y Por La Calle.
FanfictionElla es una joven millonaria, que regresa a Estados Unidos después de pasar un tiempo alejada de su familia. Él, un joven atormentado por el pasado que ha renunciado a su verdadero apellido. Vive con una familia humilde que trabaja para ese tipo de...