Kendall había llegado hace tres días a la Ciudad de Seattle, hecho un manojo indomable de nervios respecto a lo que podría llegar a su cederle a su familia. Claramente cuando Phoenix había pisado aquella noche de terror la casa Morgan, lo primero que hiso en vez de bombardear a preguntas a su familia sobre quién era Xavier llamo a Kendall para contarle todo lo sucedido y él lo siguiente que había hecho luego de haber cortado la llamada fue comprar un boleto y tomar un vuelo destino a Seattle total allí ya no requerían mas su ayuda, él solamente se tuvo que presentar para ir a firmar unos papeles allí y también examinar otros tantos. Dylan había reaccionado peor ya que comenzó a gritar atraves de la línea telefónica y también se escuchaban como se rompían cosas a diferencia de Kendall que había comenzando a gritar maldiciones al aire y arrojar almohadones en dirección a la cama.
Ahora todos se encontraban en la case del clan Morgan, era el cumpleaños número diecisiete de la cuarta Morgan. Todos los amigos de Jade incluidos en ellos Austin estaban reunidos jugando en el jardín trasero verdad o reto y Phoenix se encontraba en la espaciosa cocina de la casa Morgan terminando de cocinar el pastel para la pequeña moustro según ella.
-¡Kendall!- grito Phoenix al ver como el castaño sumergía una cuchara en el chocolate derretido y se la metía en la boca.- Kendall Adams.- nombro su nombre completo la rubia con serenidad.- ¡Date por hombre muerto!- grito la rubia mientras que le lanzaba un poco de chocolate derretido a su camisa perfectamente abotonada color negra.
-Con que así quieres jugar Morgan.- dijo Kendall y cuando menos Phoenix se lo esperaba el castaño le lanzo chocolate derretido a su rostro.
En la cocina de los Morgan comenzó una batalla de chocolate, que no pintaba bien su desenlace ya que cuando menos se lo esperaban el castaño y la rubia lanzaron en la misma dirección el chocolate cayendo en la cabeza de Brooke Adams la cual miro atónita a ambos adultos y también a la cocina que se encontraba cubierta de chocolate. Retumbo el timbre por toda la casa lo cual le dio la señal a ambos adultos que era la hora de escapar, ambos salieron de la cocina caminando lentamente ya que observaban cada movimiento de Brooke.
Cuando llegaron a la puerta de manera Phoenix tanto como Kendall se quedaron atónitos, allí parados frente a ellos se encontraba un rubio de ojos celestes y cabello rubio vestido con ropa deportiva. Allí se encontraba Xavier, viéndolos nervioso. En su mano derecha traía una bolsa con una tarjeta abrochada con un gancho de abrochadora y esta tarjeta decía en tinta azul de bolígrafo "¡Feliz cumpleaños Jade!", mientras que Phoenix pensaba como aquel individuo se hallaba en aquella puerta Kendall pensaba en como no lanzarse sobre él y matarlo a puñetazos.
-¿Xavier?- pregunto Phoenix desorientada, ya que no sabía que así aquel rubio en la casa de ella antiguamente y ahora solo de sus padres e hermana.
-Buen día Phoenix.- saludo el rubio feliz posando su mirada en la pequeña rubia.- Supongo que tu debes ser Kendall.- suponía Xavier posando ahora una mirada fría en el castaño.
-Supones bien.- afirmo Kendall duramente estrechando su mano con brusquedad con la de Xavier, Phoenix solo puso una mueca de dolor al oír como algunos dedos de ellos crujían cuando sus manos estaban siendo estrechadas en el aire.
-¡Xavier, hola!- saludo alegre el abuelo Adams con una sonrisa y apartando un poco de la entrada a Kendall y Phoenix para saludar con un abrazo a Xavier.- ¿Qué hacen ustedes dos cubiertos de chocolate?- interrogo el abuelo Adams luego de dejar de abrazarlo a Xavier.- Oh ustedes dos no se conocen. Kendall él es Xavier, Xavier él es Kendall.
-Guerra de chocolate.- explico tranquila Phoenix metiendo su dedo pulgar cubierto de chocolate a su boca.- Y creo que también le dimos un paro cardíaco a su nuera.- explico ahora una intranquila Phoenix.
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Little Baby © (Sin editar)
ChickLitDos enemigos que se odian a muerte desde pequeños. Una fiesta. Mucho alcohol. Y una noche de sexo. Es igual a; b...