Capítulo - 29(maraton 3/6)

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Me quedo perpleja, mis manos comienzan a sudar y todo mi cuerpo tiembla cuando veo a Dalí darle una sonora bofetada a Justin, su rostro ni siquiera se mueve y sus fracciones no demuestran ningún indicio de que el golpe lo haya tomado por sorpresa, ni siquiera muestra dolor alguno.

La acción me duele, más de lo que quisiera, porque francamente a estas alturas me gustaría que Justin me dejara de importar por completo, pero lastimosamente, no es así. Justo cuando veo las intenciones de Dalí queriendo darle otro golpe, me acerco rápidamente a ella y la detengo.

-¡No, Dalí, detente!- Le suplico. Su cara al rojo vivo me estremece, sus ojos están abiertos en un punto máximo y su respiración errónea me asusta.

-¡Anda! ¡Vamos, maldito bastardo!- Dalí levanta la voz- ¡Se un puto hombre y demuestra que así como tuviste los suficientes huevos para acostarte con ella, también los tienes para responderle como se debe!-
Dalí se zarandea para que la suelte, pero no lo hago, a pesar de que siento mi cuerpo volviéndose débil ante las circunstancias por las que estamos pasando, ignoro toda la sensación, estoy más preocupada por detener el temperamento de Dalí y que por alguna obra divina Justin se aleje de aquí.

-Dalí, no te metas en esto, por favor- Intervengo nuevamente.

-¡Mierda, no! No voy a dejar las cosas así y él no va a salirse tan fácilmente de esto- Dalí apunta acusadora a Justin y sus manos tiemblan de la rabia.

En toda la discusión, no he visto a Justin hablar, una parte de mi prefiere las cosas así, pero la otra quiere gritarle un millón de maldiciones. Me abstengo de hacerlo y me concentro completamente en tranquilizar a mi mejor amiga.

-Tengo que hablar contigo- Murmura Justin, su voz es serena.

Su petición me toma con la guardia baja, Dalí ahoga un grito y observa sorprendida a Justin. De alguna forma logra salirse de mi débil agarre y me abalanza contra Justin, comienza a empujarlo con fuerza, está enfadada e impacta sus puños en el pecho de Justin.

-¡De ninguna jodida manera! ¡Ella no va a hablar contigo! ¡No la mereces!- Dalí estalla, pero eso no es lo que hace que me quede congelada. Las fracciones de Justin se endurecen, observa a Dalí amenazante pero ella ni siquiera se inmuta.

Justin toma de los hombros a mi mejor amiga y la estampa contra la pared, por suerte no con demasiada fuerza, ella se queda perpleja, con los ojos bien abiertos, pero su rostro se mantiene molesto, sin ninguna pizca de haber sido intimidada.

-Deja de meterte en donde no te llaman- Le susurra Justin muy cerca de su rostro, sus palabras son amenazantes y su voz ronca es de advertencia.
Sabía que la paciencia de Justin tenía cierto límite y Dalí había sobre pasado las líneas arbitrarias.

-Es mi mejor amiga- Dalí arrastra sus palabras con odio- Y si piensas que voy a dejar que se vaya contigo, maldito imbécil, estas equivocado- Dalí le planta la cara, ambos están muy juntos y sus respiraciones son cada vez más marcadas.

-Llámame imbécil una vez más y te juro que para lo único que utilizaras esa maldita boca será para rogarme porque no te mate- Amenaza Justin.
Siento una corriente eléctrica recorrer todo mi cuerpo, estoy más que asustada. Dalí se queda callada y mi cuerpo tiembla de pánico.

Justin se aleja de mi mejor amiga y ella se queda quieta, aun fulminándolo. Él me toma de la muñeca y comienza a jalarme para alejarme del lugar, no obstante antes de que Dalí desaparezca de mi vista le susurro: "Estaré bien" e intento que con esa insignificante frase se tranquilice un poco.

Mis nervios de acero se descontrolan y estoy tan afectada que no me importa a donde me lleve o que vaya a decirme. Francamente espero una gran discusión, es básicamente lo único que hemos hecho los últimos cuatro días.

Justin nos mete al cuarto del conserje, lo cierra con pesillo y suelta mi muñeca, su respiración es irregular y la oscuridad del salón me hace sentir incomoda.

A estas alturas ya no tengo fuerzas para seguir gritando, mi valentía ha tomado una bandera blanca y pide tregua a gritos, no puedo más con esto. Definitivamente no tengo planeado llorar por todo lo dañada que estoy, sin embargo tampoco estoy dispuesta a demostrar una fortaleza que esta extinta desde hoy por la mañana.

Pasan los segundos más largos de mi vida, en el proceso escucho la respiración de Justin controlarse, pero eso no logra tranquilizarme.

-¿Qué es lo que quieres?- Susurro, tratando de disimular la dolorosa e inesperada sorpresa que me ha dado su regreso con intenciones aún desconocidas para mí.

Él suspira y a pesar de la obscuridad del lugar, sé que en este momento está pasando una mano por su nuca.

-Quiero que cambies tu clase de literatura-
Abro los ojos lo más que mis cuencas me permiten, es imposible que me haya pedido que deje la clase de literatura.

Mi cuerpo se enciende y las ganas de darle un golpe están carcomiéndome, pero la oscuridad del lugar no es favorable para satisfacer mi necesidad de estrangularlo.

-¡¿Te has vuelto loco?! De ninguna manera voy a dejar la clase de la señorita Margaret- Aseguro con mis emociones a flor de piel- Si tanto te molesta mi presencia lárgate de este lugar y hablo en el sentido general, no solo de la maldita clase que compartimos-

En cuestión de segundos, la respiración de Justin choca en mi rostro, sus brazos me acorralan a cada costado y me pego por completo a la pared que esta a mis espaldas, me intimida y su cercanía me duele, me duele tanto que me arde la piel.

-Es que no ha sido una pregunta- Su voz está llena de arrogancia- Estoy diciéndote que vas a dejar esa maldita clase o intercambiarla por alguna otra. No te quiero cerca de mí-

Mis ojos punzan desde lo más profundo y si en algún momento prometí que ya no volvería a llorar, en estos momentos la promesa había quedado en un segundo plano, fuera de toda mi moral.

-¡Entonces aléjate de mí! ¡No he sido yo quien ha interferido en tu vida!- Grito, mi voz llena de toda clase de dolor hiriente- ¡Yo tampoco quiero verte, no quiero oírte, ni mucho menos tenerte cerca! Te odio, Justin. Te odio de la misma forma en la que alguna vez te ame-...

Inhumano (Justin Bieber y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora