Capítulo 39

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|Empieza la cuenta regresiva.|

3... antepenultimo capitulo.

|8º Mes de embarazo.|

Hay algo en la forma en la que el cielo oscurece con prematura, puedo sentir el frío que se propaga por mi cuerpo con cada paso que doy. Me pregunto cuál es la inoportuna razón por la que la lluvia amenaza con iniciar justo cuando estoy saliendo del súper mercado.

La piernas me tiemblan y si ya de por si era difícil mantenerlas fijas debido al peso que comenzaba a sentir por la carga del bebé, el hecho de que el clima no fuese exactamente cálido, no contribuía mucho a mi estado.

Durante la última semana, mamá insistía en que debía dejar de estar encerrada. Había permanecido un mes y medio encerrada en mi habitación, recordando muchas cosas de mi vida, pues en efecto, aún no superaba lo que había sucedido.

Si bien la depresión no me había consumido en nivel trágico y destructivo, eso no significaba que no doliera como el infierno, porque a estas alturas el dolor de su partida no se comparaba a ningún dolor que hubiese sentido antes e incluso dudaba que en algún momento el parto fuese más doloroso que esto.

Las clases en la universidad habían terminado hace menos de quince días y eso había hecho que la depresión se volviese más fuerte, lo resentí y mucho. Generalmente el tener que estar en la universidad, concentrándome en otras cosas, hacía que no sintiera tan presente la ausencia de Dalí.

Lo cual no significaba que lo olvidara por completo, simplemente me distraía algunas horas, porque al momento de los tiempos libres, los pasillos, los casilleros, el aroma, el sonido, incluso el simple hecho de respirar, hacía que la recordara, más aún cuando me encontraba en las instalaciones escolares, porque ella siempre estaba ahí.

Últimamente, he entendido que ya no queda nada por hacer, que las cosas han tenido que pasar y que ya no hay forma de remediar los errores.
Culparme no regresara a Dalí.

Estar enojada con el mundo no hará que el tiempo regrese y evite algunos acontecimientos.
Nada de lo que haga cambiará las cosas que pasaron.

Así que solo me quedaba resignarme y seguir adelante, sea como sea, lo pasado debía dejarse en donde pertenecía, en ese lugar que estaba alejado del presente y del futuro.

Simplemente dejar todo atrás por más doloroso y difícil que resultara ser. No estaba en posición de hundirme en mi desgracia, a estas alturas, a solo un mes de poner tener a mi hijo en mis brazos, me di cuenta que ahora tenía algo por lo que salir de este hoyo en el que me había metido.

Por lo tanto, ya no existían razones por las cuales seguir sufriendo más tiempo, necesitaba reconfortarme, recuperar las esperanzas y todo lo que había perdido para poder ver por otra persona además de mi, para sacar adelante con valores al pequeño que pronto dejaría de estar dentro de mí.
Entonces, llegue a la conclusión de que simplemente tenía que volver a vivir. Porque ya había dejado de hacerlo hace mucho tiempo.

Las primeras gotas de lluvia impactan contra mi rostro y cuando siento una ráfaga de viento secar la humedad del mismo, me doy cuenta que en tan solo cuestión de segundos, el cielo se ha tornado de un azul oscuro, pero no es solo el tono del paisaje lo que me preocupa, si no el hecho de que son casi las seis y cuarto.

Sé que solo faltan unas cuantos bloques para llegar a casa, observo la carretera solitaria y me parece el momento más inoportuno para estar sola en estos momentos de amenazante clima lluvioso, pero no me detengo a pensar en algo más, simplemente quiero llegar lo más pronto posible.
Cuando doblo a la izquierda en la penúltima cuadra, siento como si hubiese chocado con algo duro y fuerte, he tirado la bolsa de frutas al suelo y estas se esparcen por todo el suelo sucio, una manzana es detenida por la punta de su pie y cuando quiero retroceder y regresar por otro camino diferente, tan rápido como mi respiración, él se encuentra a mis espaldas.

Inhumano (Justin Bieber y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora