Inhumano (Justin Bieber y tú)

Capítulo - 7

Capitulo 7:

Mi mente me decía que no temiera, que todo iba a estar bien, pero era un pensamiento totalmente irreverente, ¿Cómo se supone que estaría bien, si estaba a punto de ser eliminada?, al menos hasta ahora era lo que presentía. Los movimientos y cada ruido que me sonara tenebroso, me recordaba a la primera vez que esto había sucedido, era exactamente igual y por alguna razón sabia que este era el final.

El día en que todo esto comenzó, desde la llegada de esa carta, de la cual aun desconocía el origen, pero que por alguna razón sospechaba que provenía de Justin, fue ahí cuando todo comenzó, mi inseguridad, a pesar de que tratara de ignorarla, sabía que estaba ahí, intacta, incluso ahora aumentaba conforme me daba cuenta de que estaba a punto de morir.

Susurros que parecían brotar de cada centímetro de estas cuatro paredes, penetraban mis oídos y me hacían dejar a un lado la razón, me atormentaban, jugaban conmigo, haciendo que temiera cada vez mas y mas, ¿Por qué no solo me dejaban vivir?

Las sabanas de mi cama comenzaron a apartarse de mí, pareciera que tenían vida propia, incluso, resultaba graciosa la idea, pero era totalmente inoportuno imaginar todo aquello, cerré mis ojos, no quería presenciar mi propia muerte, mucho menos verla, si es que realmente lo soportara.

Era el momento exacto y preciso para una despedida, ¿Qué pasaría con mi madre? ¿Qué le diría?, realmente la amaba, con todas mis fuerzas y a pesar de todo agradecía que ella no estuviera aquí en este momento. Era imposible tratar de contener mis lagrimas, a pesar de que lo intentara, ya era demasiado tarde, sentía mis ojos, mejillas y parte de mi barbilla húmedas, ¿Cómo fue que me metí en todo esto?

Sollozaba, aun con los ojos cerrados, no quería abrirlos, no podía, era demasiado cobarde para mi propio gusto. De un segundo a otro, casi inmediato, todo se esfumo, mi tortura mental se detuvo, unas manos se posaron en mis mejillas, mientras aun atónita mantenía los ojos cerrados, su tacto, piel con piel, compartiendo temperaturas, mesclando respiraciones. Abrí mis ojos, miel penetrante invadía mis pupilas, una mirada que mostraba preocupación.

Era el, Justin estaba aquí, justo cuando más lo necesitaba, el estaba aquí, a pesar de no haberlo solicitado, se lo agradecía y bastante, su mano paso de mi mejilla a mis ojos, tratando de no dejar rastro de mis lagrimas, Justin sonrió tratando de darme seguridad. Justin me acerco a él, acurrucándome en su pecho, haciéndome parecer una niña pequeña que buscaba consuelo después de un mal sueño.

-Todo está bien, no temas, estoy aquí- Sus palabras sonaban tan paternales, que realmente lograron conmoverme.

-Llegaste justo a tiempo- Sonreí, tratando de olvidar el mal momento por el que había pasado.

-No podía dejarte aquí, sola- Mi mente comenzaba a inventar conclusiones, Justin lo sabía desde la primera vez, el tenia el conocimiento de lo que me había estado sucediendo, Justin lo sabía todo y sin embargo se había hecho el indiferente ante mis preguntas, se lo agradecía, realmente lo hacía, pero no podía evitar que el enojo me invadiera, después de todo me hiso ver como una loca.

-Entonces lo sabías, sabias que alguien había estado con migo, es por eso que estabas esta mañana aquí- Me aleje de él, mirándolo con desaprobación.
No recibí respuesta, su miraba se desvió, en silencio me hablaba de algún modo. Fruncí el seño, el me había mentido.- ¡Respóndeme!- Insistí, era terriblemente agonizante saber que trataba de evadir mi teoría.

-Supongo que sí- Respondió Justin, al mismo tiempo en que se encogía de hombros, dando a entender que no le importaba en lo más mínimo, algo totalmente diferente a lo que me había demostrado hace unos segundos.

-¿Supongo?- Lo imite, mientras me levantaba de la cama y caminaba con incertidumbre, el era tan difícil- ¿Entonces todo lo que está a tu alrededor te importa un completa mierda?- Había despertado todo mi enojo, Justin era demasiado despreocupado y bastante desconsiderado en muchos sentidos.

-En efecto, si, tienes toda la razón- Embozo media sonrisa, mientras aun miraba hacia un punto muerto, podría asegurar que no le importaba mi reacción.

-Eres un egoísta- Asegure con un tono de voz bastante alto.

-Es verdad, soy lo bastante egoísta como para permanecer aquí a escuchar reclamos de una mortal a la que le he salvado la vida- Sus músculos se tensaron y por un momento sentí un poco de culpabilidad, pero en estos momentos mi coraje era mayor.

-Haz lo que quieras- Trate darle la menor importancia a pesar de que la realidad era otra.

-Por si no te has dado cuenta, eso es lo que siempre hago- Sentí a través de la brisa abrazadora que Justin se había marchado.

Sabía que no había sido lo correcto haberle hablado de aquella manera, yo no era su responsabilidad y sin embargo, el estaba aquí a pesar de todo.
El resto del día había sido una completa tortura, aun temía de la soledad, tenía miedo de que todo se volviera a repetir una vez más y lo peor de todo era que Justin ya no estaría aquí para protegerme una vez más.

Había sido una estúpida en ese sentido, pero de alguna manera no me arrepentía del todo y lo peor era que no sabía él porque de todas estas sensaciones.

Sentía la necesidad de pedirle una disculpa a Justin, pero ¿Cuál es la forma correcta de disculparte con alguien como Justin?, era muy difícil, Justin era demasiado inexpresivo, antipático y bastante reservado, a pesar de todas las cosas que puede hacer, lo que más me irritaba era eso, sus secretos, su forma tan estúpida de evadir cada tema que lo molesta o incomoda...

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