Capítulo 25: ¡Al fin en casa! y...nuevos vecinos.

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Pago al chofer y bajo del taxi quedando frente a la puerta de mi casa

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Pago al chofer y bajo del taxi quedando frente a la puerta de mi casa.

Tomo mi maleta y me dirijo a tocar. Veo que otro taxi llega.

Se baja un chico, abro los ojos como platos al ver que es el mismo chico del aeropuerto. Lo sigo con la vista y veo que entra en la casa de enfrente.

Me voy una semana y descubro que tengo nuevos vecinos. Tantas cosas pasan en tan poco tiempo.

Toco la puerta y enseguida abren. Mi mama me ve y sonrió.

-¡Ya llegaste!-me abraza.

Asiento en respuesta y entramos a mi casa. ¡Al fin en casa!

Dejo mi maleta en la sala y me siento con mi mama.

-Hija, que bueno que llegaste. ¿Como lo tomo tu padre?-

-Le prometí que lo visitaría en vacaciones-

-Esa mujer me va a oír cuando vallamos-

Asiento sonriente. Cuando mi mama se enoja, hay que tener cuidado.

Mi mama deja que valla a instalarme pero no sin antes salir de dudas.

-Mama, ¿Hay vecinos nuevos?-

Mi mama sonrie. No es lo que piensa.

-Si, llegaron el martes y hablando de ellos, me vas a acompañar a darles la bienvenida-
Asiento y me voy a mi cuarto. Ya conocí al que me imagino que es su hijo y dejen me decir que es un grosero.

¿Porque tiene que ser guapo pero idiota?

Me instalo, ya había olvidado mi habitación en comparación con la otra. Se siente bien estar donde perteneces.

Me dejo caer en la cama, mirando al techo. Todo es tan familiar. Aquí es donde pertenezco. Aquí es mi hogar.

Al igual que allá, no hay mucho que hacer por aquí.

Busco mi celular. Nada. Me empiezo a desesperar-no es que me importe pero hay tengo mi vida-No lo encuentro.
Empiezo a recordar donde lo eche. ¡Ahy no! Ya recuerdo, lo deje en el asiento del avión.

Solo a mi me pasan estas cosas.
¡Bien! Ahora no tengo celular.

Me voy a mi computadora. Me pongo a jugar Friv. Soy una niña aun.

-¡Ahs!-maldigo en voz baja al perder.

Sigo hasta que gano, lo bueno que tenia vidas. Empiezo a bailar de la emoción pero mi mama entra y adiós victoria.

Sonríe al verme.

-Es hora-

Si, los vecinos.

Sale, me arreglo un poco. Hay que dar una buena impresión.
Bajo, mi mama lleva en sus manos un pay-no creo que ella lo haya cocinado-igual que yo, también va arreglada.

Salimos de nuestra casa y caminamos a la de enfrente. Mi mama toca la puerta. Nadie sale. Toca otra vez y es cuando una señora como de la edad de mi mama abre.

-Lo siento, es que estaba desempacando unas cosas pero hola-dice la mujer.

-Buenos días, nos queríamos venir a presentar, somos sus vecinas de enfrente. Ella es mi hija Deshia y yo soy Julie. Trajimos esto-mi mama le entrega el pay.

-Oh, gracias. Pasen están en su casa-asentimos y pasamos.

Su casa tiene la misma estructura que la de nosotros, solo cambia el color y la decoración.

-Tomen asiento-dice. Nos sentamos-Yo soy Nataly. No debe tardar mi hijo-

Como lo supuse, el chico debe ser su hijo. Oigo una manija que deja al descubierto aquel chico.

-Hijo ven, tenemos visitas-dice la señora, su hijo se acerca-El es Owen, mi pequeño-

Trato de no reir.

-Mama- sisea- Mucho gusto-nos dice.

-Ella es Julie y ella es su hija Deshia, ¿no es bonita?-la señora hace que me sonroja.

El chico asiente, le da igual. Se despide y se va.

-Deshia...¿porque no le muestras el lugar a mi hijo?- Owen se detiene.

-No...-titubeo.

-Es una gran día-dice mi mama. Ahora ella.

-Owen, Deshia te mostrara el lugar-le dice a su hijo y el se encoje de hombros.

Me despido y me uno a un lado de Owen. Salimos de la casa.
Owen camina y yo lo sigo por detrás. Nadie dice nada.

Pero aun trato de no reírme ante el comentario de su madre. "Mi pequeño" Claro.

Salimos de la calle.

-¿A donde?-el rompe el silencio.

-Te puedo enseñar la pla...-me interrumpe con una mirada fulminante. No le he hecho nada para que me mire así.

-Yo no quería que vinieras, suficiente fue venir contigo en el aeropuerto-me recuerda-Y eres una torpe-frunzo el ceño, no entiendo.

De su bolsillos saca....mi celular y me lo da. Casi muero de la emoción, lo observo con una sonrisa y lo abrazo agradeciéndole. Al instante me alejo.

-Lo siento, gracias-digo y guardo mi celular.

-Si como sea torpe-

Ya empezamos con los apodos.

-Tu también eres torpe-me cruzo de brazos. El frunce el entrecejo-No eres bueno conociendo tus cosas, torpe-

El se gira. Sonrió para mis adentros.

Durante el camino, me pierdo. Soy yo la que lo sigue y no el a mi. Y el no dice nada.

4 paredes, una verdad y una nueva vida© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora