Capítulo 5

9 2 0
                                        

Me topé con Max al salir de la casa, nos miramos un breve momento, tenía un gesto serio, y estaba distante, para nada se parecía al mismo hombre que conocí hace días.

— ¿Necesita algo señorita? — preguntó Max.

— Eh, si ¿Me podrías llevar a mi cita, al psicólogo? — pregunté, aun sorprendida de tanto formalismo y frialdad de su parte.

Abriéndome la puerta del coche — Suba yo la llevo — murmuró cerrando la puerta mientras me deslizaba. Después de eso, trató de no mirarme a la cara, sumida en mis pensamientos no hablamos hasta que el dijo:

— Ya llegamos señorita. — Me indicó.

— Oh, gracias ¿Cómo supiste donde estaba el consultorio de la Doctora? —Pregunté sorprendida.

— El señor Marco me dio una lista de las cosas que hacía en la semana y los sitios que frecuentaba — ¡Vaya con Marco!

— Ah, que pases buena tarde, me gustaría que me pasaras buscando, necesito algo que hacer — Dije pensando en la casa de niños. No esperé respuesta y salí del coche. Su indiferencia de alguna manera me afectó, no sé por qué pero ese hombre me hace sentir cosas que nunca he sentido por otro, es extraño y odio esa sensación.

Pasé por el vestíbulo y me dirigí al consultorio de la doctora allí vi a Malena.

— ¡Malena! ¿Cómo estás? ¿Y Laura? — saludé.

— Clarita, tesoro, estoy muy bien, gracias ¿y tú qué tal? Laura ya te espera dentro.

— Bueno, para que mentir, estoy un poco nostálgica, espero que me vaya bien en la sección, le vengo con las buenas nuevas a Laura — le guiñé el ojo. — Ciao bella — Entré en el consultorio y saludé a Laura.

Todo en mi sección fue como siempre, Laura la psicóloga como todos en su profesión, sabe todo de mi, le conté las nuevas malas noticias, que pronto tendremos una bebé en casa y todos los cambios que me cuestan aceptar al mismo tiempo. Ella sabe que a los cambios no me adapto muy bien que digamos, toda mi positividad se va por el suelo cuando esto ocurre, tampoco puedo comer muy bien, por lo que hoy no almorcé, no me apetecía, mi estomago está cerrado aun, aunque cuando salga comeré algo. Gracias a Laura he logrado salir de etapas muy duras, con la que he conseguido quedarme, todos los demás psicólogos eran tontos y estúpidos, jamás me comprendían como Laura. Hablar con la Doctora hizo que me despejara un poco la mente, así que me fui de allí, despidiéndome de Malena, me dirigí a la salida donde el auto seguía donde mismo, Max salió a abrirme la puerta y me adentré dándole las gracias.

— Señorita, ¿A dónde vamos? — preguntó

Sonreí — ¿No te dijo el Señor Marco lo que iba hacer después? — Solté una risotada — Bien...Bien, toma esta dirección — Le pasé una hoja — Llévame allí. Blake siempre me llevaba, ahora será tu turno — El simplemente se limito a asentir.

— Oye grandulón, ¿sabes que me puedes llamar por mi nombre verdad? Odio esos formalismos entre los empleados de Marco y yo, ni siquiera te considero como chofer ni guardaespaldas, eres uno más de la familia, así que te agradecería que me llamaras Clara — le dediqué una sonrisa por el retrovisor.

— Creo que no sería correcto — Dijo con expresión seria.

— A ver chico listo, si tienes tanto formalismo, yo soy la que manda o ¿no? Así que te digo que me trates como tú igual. No te soportaré si sigues como vas — le di una reprimenda, anonado solo asintió.

— ¿Gaia y tu viven juntos? — Joder, ¿Para qué pregunté algo así?

— Mmmm, no, todavía no — dijo mirándome por el retrovisor.

No Te RindasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora