Capítulo 2

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Celebramos mi graduación, mi llegada, y los mejores días por venir. Bailé con Isabel, Nicholas y Blake. El Sr. Tato bailó con la Sra. Annabeth. Isabel y yo cantamos en el karaoke como unas posesas desde el Alex Hubago, la macarena, Celia Cruz, Chenoa, hasta La Quinta Estación y un pocotón de canciones del inteligentísimo tv. Les dije que pusieran las bocinas de la piscina y que se pusieran el bañador para darnos un chapuzón. Estábamos todos instalados en la piscina. La Sra. Annabeth y el Sr. Tato estaban en la tumbona tomando el sol y conversando, mientras que Nicholas e Isabel estaban jugando a las hundidillas en el agua. De repente empezó la canción Addited to you de Shakira y saqué a bailar a Blake. Empecé a menearme provocativamente para él, tocándole su gran pecho y su espalda, bailando pegada a su cuerpo, jugando con él. Elevo mi cabeza y me encuentro con una mirada intensa de azul claro a través de los cristales de las puertas rodadizas. Él me estaba mirando como si pudiera ver mi alma. De inmediato aparté mi mirada, pero no sin dejarme desconcertada primero. Forcé una sonrisa a Blake y me tiré en la piscina. No vi bien quien era ni como era ese hombre, pero me puso nerviosa.

Unos minutos después sobre las 5:30p.m, me despedí de todos. Me dirigí a mi habitación, me di una ducha. Busqué mi camisón satén de color vinotinto y me senté en el sofá a mirar televisión. Cerré los ojos y volví a ese momento en la piscina ¿Quién era ese hombre y por qué me ha mirado de esa manera? Da igual, tal vez un amigo de Marco, ni siquiera vi su cara, pero con solo su mirada me pudo calentar.

Pensé en los papeles que tenía en las manos y los dejé en una zona segura para llevarlos mañana a mi guarida y todo volvió ... Lo que ocurrió esos días en que pude conseguir en los benditos archivos del banco que robamos la pandilla y yo.

Me escapé de casa burlando toda la seguridad. Afuera estaba Benny con otros de sus amigos guerrilleros que no conocía esperándome cerca de unas motos. Me monté con él en una y arrancó como si nos estuviesen persiguiendo a muerte (claro que lo estaban). Nos detuvimos en una discoteca donde bajamos hasta el sótano, y allí nos sentamos en un lugar privado.

── Benny ¿ya tienes algo? ── Pregunté.

── Sí, tengo varios contactos en la policía, pero al que puedes contactar es a Javier Sánchez, el puede saber en dónde estaría lo que sea que buscas── susurró── ¿Estás segura de esto? Ya sabes que lo puedes dejar... ── Se pasó la mano por el flequillo, eso muestra que está preocupado o nervioso.

── Tienes mi ayuda para lo que sea que te diga el policía. ──Me entregó una tarjeta con un horario.

── Gracias Benny, esto es realmente importante para mí, y ya sabes que no puedo dejarlo. Solo necesito respuesta ahora que mi vida está cambiando. No sé si cuando tenga al asesino frente a mi lo vaya a matar...── suspiré ── Esto es tan... tan frustrante.

Me dedicó una sonrisa de comprensión── Lo sé, parce... Lo sé. Ahora tenemos que llevarte de vuelta, la seguridad no se burlará por más rato.

── Cierto, faltan 25 minutos para que se active como debe ser, vamos.

Al día siguiente, a las 2 de la tarde, me dirigí al centro policial que me indicaba la tarjeta. Pregunté por Javier Sánchez y me indicaron que me sentara y esperara cinco minutos. Al poco tiempo salió un hombre bajo, blanco, y se notaba una seguridad implacable.

── ¿Clara? ──  dijo el policía.

──  ¿Si? ── pregunté

──  Sígame── Le seguí hasta que se paró frente a un coche y me pidió que entrara en él. Nos paramos en una cafetería muy solitaria, una chica nos tomó el pedido. Yo de verdad necesitaba un buen trago de Whisky. Luego que esta se retiró, habló.

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