Capítulo 8: El reino de los dulces rechazados.

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Salir del bosque nublado fue una mezcla de emociones. Aun faltaba camino por recorrer, debían apresurarse. Después de unas colinas hechas de turrón duro y varias flores pan dulce, los chicos encontraron un camino de dulces color neón. Los chicos siguieron ese camino hasta llegar a la entrada de otro bosque.

Pero no era cualquier bosque, éste tenía arboles hechos de goma de mascar de color negro y con frutas colores neón.

—¿Eh, aun hay que atravesar otro bosque? —ladró Chappie sin comprender.

—El reino de los dulces rechazados, lo recordaba distinto —dijo Shadow un poco confundido. Aquel lugar era tan tenebroso y oscuro, volvió la mirada  a Manic–. ¿Crees que sea buena idea entrar allí? –preguntó observando el lugar tan lúgubre.

Manic no entendía la reacción de Shadow y menos de Chappie.

¿Acaso no sabían de la existencia de ese bosque o lo confundían con algo más?

–Pues, si este es el único camino que nos llevará hasta Sonic y el último objeto —dijo tocándose el mentón—, debes atravesarlo, ¿verdad?

Shadow que aun no muy convencido se encontraba, solo bufo.

–Tienes razón pero, debes ir alerta. Ahora que tenemos dos de los artefactos, corremos mayor peligro que antes.

Sin decir nada más, los chicos se adentraron al bosque. Pero alguien más iba detrás de ellos. Alguien que aun no saldaba algunas cuentas pendientes.

Mientras cambiaban se escuchaban ruidos extraños en el bosque. Habían cuervos hechos de turrón negro y morado, que les observaban con una mirada hambrienta. El lugar de por si era muy oscuro, parecía un auténtico paisaje gótico y tenebroso. Solo se veían los troncos de los árboles sin hojas y algunos arbustos. El cachorro que les acompañaba temblaba de miedo.

–Manic... –Chappie de un salto se subió a los brazos del erizo verde. Y se encogió, pegó sus orejitas a la cabeza y se escondió en el pecho del erizo.

Manic sonrió, sentía el miedo del perrito y le acarició. Era lógico, también le daba miedo. Siguieron caminando hasta que Shadow piso una raíz de un árbol, y esta se enrolló en su pierna.

—¿Eh? —espetó mirando aquello.

Con fuerza trató de quitarse aquella raíz pero esta parecía "agarrarlo".

—"Debe ser una broma" —pensó sacando su espada y apuntando para cortar esa raíz. Cuando dio el golpe, algo lo sorprendió, otras raíces agarraban su espada y luego aparecieron más raíces que se enredaron alrededor de su torso hasta subir a sus brazos y dejarlo inmóvil.

–¡Señor Shadow! –ladró el perrito al ver como las raíces parecían tener vida propia, saltó de los brazos de Manic y comenzó a mordisquearlas.

Manic trató de ayudarle a cortar las raíces rápidamente arrancó otro caramelo que se convirtió en un par de tijeras. Pero las raíces, también se comenzaron a enredar en sus piernas.

Una de las raíces vio como Chappie trataba de cortarla con sus dientes, como si de un látigo se tratase le pegó al perrito y lo lanzó lejos. Chappie solo chilló al sentir el golpe.

–¡Corta las raíces Manic! —pedía Shadow tratando de soltarse, cogió como pudo su espada y trató de cortar esas raíces.

–¡No puedo! ¡Me están estrujando! —las raíces llegaron más arriba de la cintura de Manic, quién ahora luchaba por liberarse. De pocos lo fueron inmovilizando hasta tirarlo al suelo y dejarlo quieto—. ¡Ayuda Shadow!

Manic And The Candy World (Scourganic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora