Capítulo 15: Reunión.

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—¡No puedo creer que esa bestia nos dejará tan mal! —lloraba Manic mientras Sonic le aplicaba unas gotas rosa en las heridas.

Shadow solo guardaba silencio mientras escuchaba los quejidos del erizo verde. Le habían golpeado su orgullo de caballero con esa batalla y algo estaba claro, el Hellish no sería un rival fácil de vencer.

—Manic, sin importar lo que pase lo primordial es esa llave que tiene el rey agrio —le habló Shadow.

—El problema es que no podemos atacarlo tampoco. ¡No tenemos idea de su debilidad! —Manic le respondió aturdido.

Scourge estaba parado en la habitación mientras pensaba en lo que había ocurrido con los caballeros. ¿Tan fuerte era esa bestia? Tanto, que le hizo sentir miedo con solo verla. Pero más que eso, le preocupaba el otro erizo verde ¿Manic sería capaz de detenerla? En sus ojos se veía la consternación y el miedo, porque no quería que le pasará nada malo.

Manic por su lado había terminado de ser atendido por Sonic y se sentía mejor pero, su mente todavía estaba confundida, y más fue su sentencia cuando vio que Scourge le veía serio, tanto que hasta le daba miedo.

—“Lo que me faltaba en este estúpido juego... que Scourge se me declarara. No sería tanto problema... ¡Si tan solo fuera al que quiero!” —soltó un suspiro de tristeza el cual no paso desapercibido por Sonic.

—¿Manic te encuentras bien? —le preguntó el príncipe al verlo distraído.

—¡Si Sonic! —contestó avergonzado—, sólo estoy algo aturdido por la batalla —se excusó.

—Deberías descansar, creo que será mejor que me lleve a Shadow a otra habitación —dijo mientras ayudaba al veteado a levantarse para irse—, Scourge deberías dejar a Manic descansar.

—No te preocupes, no es molestia para el caballero gomita que me quede con él —dijo con mucha seguridad, ya que reconocía que Manic no le sacaría de allí a la fuerza.

Manic estaba como tomate y lloraba internamente pidiendo que Sonic no se fuera y le dejase solo con el erizo. Pero, sus plegarias fueron ignoradas y los otros salieron de allí, dejándole a solas con el ojos zafiro.

Scourge esperó a que todo quedara en silencio. Necesitaba hablar seriamente con Manic. Cuando estaba seguro de lo que haría se dirigió hasta la cama donde estaba, con pasos decididos.

—”No, no seas animal —pensó Manic viendo como se acercaba el otro—, ¡Scourge si me haces algo te voy a matar!" —el susodicho se acercó y Manic colocó sus manos para apartarlo mientras las manos del otro tomaron las suyas y le acercaron hasta encerrarlo en un abrazo.

—Lo siento, no pude defenderte... —dijo con voz suave y notable preocupación.

Manic estaba más rojo que los tomates, su corazón latía tan rápido que sentía que podría morir allí. Scourge se apartó de él y tomó una de sus manos mientras la examinaba delicadamente. Manic seguía sumido en su mente y no pensaba tan bien.

—¿Podrías darme la oportunidad de estar a tu lado? —dijo de golpe mientras entrelazaba su mano con la del otro.

—¡¿Estás loco?! —gritó—. ¡¿Cómo me pides algo como eso en esta situación?!

—Me gustaría pasar el tiempo que me quede contigo... ¿Manic podrías decirme lo que piensas? —con su mano libre acarició su mejilla y se acercó para depositar un leve beso en sus labios. Manic estaba anonadado, sus sentimientos empezaban a florecer y a tornarse molestos. Scourge se separó del erizo de manera lenta y viéndole a los ojos.

—No puedo corresponderte —dijo Manic apartando la mirada y apartándole—, no cuando hay alguien más —le explicó por segunda vez.

—Entiendo... —dijo con tristeza Scourge—, entonces me temo que debes saber esto.

Manic And The Candy World (Scourganic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora