Capítulo 14: ¿Estrés y Confesiones?

348 48 47
                                    

Una semana habían pasado desde que Scourge llegó al palacio de Amy junto con Manic. Aunque al principio todos estaban confundidos por su estado, al final lograron descifrar cómo había encontrado ese huevo pero, lo que aun no entendían era en que momento logró abrirlo, pues el erizo se negó varias veces que lo había hecho, por lo que no tenía idea de como había pasado. Y más aun no recordaba como había vuelto de aquel viaje y posteriormente todo el desastre que causó cuando se nombraba el rey agrio.

Manic y Mephiles que eran los dos seres mágicos del pequeño grupo se tomaron unos días para examinar aquel poder que convirtió a la flor en esa oscuridad. Creyeron que podrían hacer algo pero tal parecía que no iba a ser tan fácil.

—No hay más información sobre como detener esa magia —Manic se encontraba exhausto, se recostaba sobre sus brazos mientras se sentía frustrado.

Mephiles dejó la flor sobre la mesa en donde la estaban investigando. El mago también comenzaba a resentir el estrés a causa de no poder detener el avance de la magia del rey agrio.

—Me temo que no —suspiraba el hechicero—, no puedo revertir el efecto en esto. Mi magia no contrarresta a la del rey agrio.

Manic le había entregado la flor que Silver le dio, con la esperanza que pudieran limpiar esa energía que tenía y volviese a la normalidad pero, para el veteado de mirada tóxica era demasiado. Por más que intentaba la flor no regresaba a la normalidad.

—Mi magia no puede competir contra la del rey agrio, es inútil —decía enojado—. ¡Maldición! —masculló entre dientes.

Manic lucía aun más preocupado, se preguntaba si podría ser capaz de encontrar la forma de revertir aquello, además, los demás reinos empezaban a mostrar el mismo problema. Amy por su lado, seguía buscando la manera de detener el avance de esa energía pero era imposible.

—¿Qué haremos Manic?, si no podemos detener esto, esa magia destruirá a toda Candy World —Mephiles comenzaba a perder la esperanza, y se mostraba un poco apático.

—No tengo idea pero, recuperar la llave parece la única opción para revertir ese efecto... El problema es que no somos lo suficientemente fuertes —Manic se rascaba la cabeza al no saber que responder y no le agradaba la idea de ir a tomar esa llave.

Scourge que bajo vigilancia de cierto erizo veteado se había logrado escapar de su pesada presencia por unos minutos, corría por el palacio y sin saber cómo, logró dar en la habitación que estaban los dos caballeros. No era alguien fisgón pero se quedó escuchando la conversación de ellos cuando se notaba su preocupación en tan solo en su voz. Estaba pegado a la pared mientras escuchaba desde otro lado de la habitación a Manic y Mephiles hablar.

—Todo es tan confuso —Mephiles dejó de lado la flor y se centró en pensar sobre todo lo que había ocurrido recientemente—, la aparente amnesia de Scourge. Hasta siento que es una trampa.

Manic se incorporó mientras restregaba su rostro.

—Podemos confiar en él —le defendió el verde de cabellos locos—. Si quisiera hacerlos daño, ya lo hubiese hecho.

—No estoy seguro, no puedo confiar después de todo lo que pasó —renegó Mephiles— llegamos al final de un laberinto y otro nuevo apareció por delante.

Aunque Manic les pedía que confiaran, ellos se negaba, pues no era tan fácil olvidar todo lo que había pasado.

—Encontraremos una solución, además de nada nos sirve culpar a otro por un trabajo mal hecho en el pasado —le recordó— por esa razón también estoy atrapado aquí —susurró.

Mephiles suspiró y se resigno a dejar de lado su inconformidad.

—Creo que debo visitar a la reina Blaze quizás ella conozca más detalles de esa historia que nosotros —se incorporó mientras se masajeaba la frente.

Manic And The Candy World (Scourganic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora