Iba caminando por la concurrida calle londinense, había quedado con su prima y llegaba tarde. La culpa no era suya, por supuesto, su querido amigo Ed le había tenido demasiado entretenida como para darse cuenta de la hora que era.
- ¡Lily Luna Potter, vuelves a llegar tarde por tercer día consecutivo!- le gritó su prima cuando llegó a su destino.- ¡A este paso todas las tiendas habrán cerrado para comer!
- Rose, de verdad, ¡perdóname!- le rogó ella mientras caminaban a una tienda de moda- Ed ha venido a casa y como ya sabes que mis padres están de viaje nos hemos entretenido más de la cuenta.
- ¿Has llevado a Ed a tu casa?- dijo Rose algo alarmada, no le gustaba demasiado lo que ella denominaba "promiscuidad" de su prima- ¿Y James qué ha dicho?
- ¡James diría algo si parase por casa!- se quejó ella- pero entre los preparativos de su cumpleaños y que mis padres no están, no ha dormido ni un solo día allí, así que la casa está solita para Albus y yo, bueno, y Scorpius que anoche se quedó a dormir.- Lily paró de hablar y miró a Rose picadamente.
- ¿Qué?- le dijo ella molesta, cualquier cosa que tuviera que ver con el príncipe de las serpientes, Scorpius Malfoy, la irritaba soberanamente.
- ¿A ti no te parece que tenga un buen meneo?- preguntó Lily sonrojándose.
- ¡Si tu tienes novio!- exclamó alarmada Rose.
- ¡Oye Ed no es mi novio!- se defendió Lily- es solo... ¡Un amigo con derecho a roce! ¡Y no ignores mi pregunta!
- ¿Cuál? ¿Qué si me gusta? ¡Pues no claro que no!
- ¡No he preguntado si te gusta! De verdad como te pones... Solo si te parece atractivo...- dijo Lily picándola, sabía que ellos se odiaban y ella usaba esa carta siempre que podía para recordarles aquello de que "los que se pelean se desean".
- ¿Atractivo? ¿Malfoy?- dijo ella con repulsión- Mira, no es ya el hecho de que sea un prepotente, presuntuoso, borde, estúpido, niño de papá, ¡sino que su pelo albino y su bronceado nivel Edward Cullen me da asco!
- Pfff no tienes ni idea...- le contestó ella entrando en la tienda, quedándose con las ganas de preguntarla quién demonios era ese tal Edward Cullen.
Se tiraron casi dos horas probándose ropa, esa noche tenían que estar ideales, era el 17 cumpleaños de James Potter, el cual había alquilado una discoteca muggle e invitado a casi medio Hogwarts al evento. Iba a ser divertido, a sus 16 y 15 años respectivamente nunca antes habían ido a una fiesta así y se esmeraron mucho en su atuendo. Al rato Lily volvió a casa, vivía con su familia en un gran adosado de dos plantas en la avenida Kennington, lugar famoso por ser residencia de diferentes magos y brujas en el corazón del mundo muggle.
- ¡Ya estoy en casa!- gritó ella cuando llegó, se dispuso a llevar las compras al piso de arriba.
- ¡Ey Lily!- le saludó Albus que estaba en el salón sentado en el sofá con Scorpius- Has tardado mucho, ¿os habéis comprado media tienda?
- Tu prima no encontraba nada de su talla que le gustase- dijo ella riendo y dirigiéndose a su cuarto, Malfoy se rió.
- Se lo recordaré luego- dijo el rubio con malicia.
- ¡No te pases!- la defendió Albus-¡me negarás que mi prima no es un bellezón!
- ¡Andaaaa! ¡Si está gorda!- Scorpius solía meterse con ella por ese motivo cuando eran pequeños, aunque la verdad es que con el paso del tiempo Rose Weasley se había puesto de muy buen ver, pero él la seguía llamando "bolita de grasa" o "vaquita" cuando quería picarla.
- Está buena y punto.- sentenció Albus- no me extraña que Creedy vaya detrás de ella.
- ¿Qué el gilipollas de Creedy va detrás de tu prima?- exclamó Scorpius.
- Si, me dijo que si no me importaba que intentase algo con ella esta noche, ¿por qué te pones así, estás celoso?
- ¿Yo? ¿Celoso por la Weasley?- dijo levantándose del sofá- no, solo quería corroborar mi teoría sobre que Creddy es subnormal profundo. Y ahora me voy a casa antes de que se te ocurra otra de tus locuras.
Scorpius caminó un poco antes de desaparecer hasta su casa. Le gustaba caminar y pensar, y más un día soleado como aquel. Le gustaba el verano, era la época del año ideal para descansar de las presiones de los estudios, de sus padres, del equipo de quiddich... Y es que tenía la molesta sensación de haber nacido para ser un número uno, y eso le agobiaba bastante. Cuando estaba cansado practicó la aparición que le habían enseñado ese mismo año en el colegio hasta su casa, se apareció en la entrada de la mansión Malfoy, vivía allí porque su padre decidió mudarse para tener más vigilada a su abuela, que desde la muerte de su abuelo Lucius cuando él tenía 10 años, estaba bastante afectada. Iba a entrar por la puerta cuando su padre salía de allí.
- Me voy a trabajar Scorpius- le anunció Draco dándole un beso en la mejilla- ¿Hoy ibas a la fiesta de James Potter, no?- Scorpius asintió- no vuelvas más tarde de las tres o matarás a tu madre de un disgusto.
- ¡Pero papá! ¡Albus se queda hasta que se acabe!- le dijo él.
- ¿Y si Albus se tira por un puente tú te tiras?
- ¡Papá! ¿Y si me voy con él a su casa?
- Anda... Pregúntaselo a tu madre que yo llego tarde, cuídate.- dijo Draco despidiéndose de su hijo.
Cerró la valla de su casa, miró el reloj, no debía llegar tarde, ¡con lo que le había costado ese ascenso! Desde que salió de la escuela nadie le ofrecía un trabajo digno por llevar consigo el lastre del apellido Malfoy, pero hace diez años consiguió un puesto en el banco de Gringotts y hace tan solo una semana que le habían ascendido.
Draco se apareció en el Callejón Diagon, iba con paso acelerado cuando se chocó de frente con... ¿Su hijo Scorpius?
etTogyt'
ESTÁS LEYENDO
Mi nieto es un Malfoy
Fiksi Penggemar¿Qué pasaría si alguien tuviera el poder para revivir a Voldemort? ¿Podrás juntar tres generaciones para evitarlo? ¿Cómo hacer para que Rose Weasley y Scorpius Malfoy se enamoren? Y sobretodo, ¿de verdad tendrás el coraje para acabar con tu propio h...