| Bienvenida al infierno, Danbi |

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Vuelvo a mi consciencia y me arrepiento de haberlo hecho. Noto como mi cuerpo me duele como si acabara de correr por un campo lleno de minas. Mi cara descansa sobre el suelo dónde horas atrás mi madre me había quitado lo más importante en mi vida.

Abro los ojos y me asusto al comprobar que todo está oscuro. He estado inconsciente al menos cuatro horas seguidas.

- No... puedo..

A duras penas, consigo estabilizarme contra la pared. Las piernas me tiemblan y noto el sabor de la sangre en mi boca. Mis ropas están llenas de manchones y el maquillaje ha abandonado mi cara, dejando al descubierto los golpes.

Mi teléfono suena en el eco de la noche.

- ¿D-diga?

- ¿Danbi? – la melodiosa voz de Dae resuena por el auricular.

- Mi pequeña...

- ¿Qué te ha hecho? ¿Estás bien? Hoy me obligó a irme con ella sin ti.

- Sí, lo sé. Yo también la vi – trago saliva con dificultad – Dae, necesito que me prometas una cosa.

- Haré lo que sea.

- Quédate con ella y no me busques.

- ¿Qué? ¿Por qué? – los sollozos de mi hermana me provocan náuseas.

- Ella me podrá haber separado de ti, pero dame tiempo y volveremos a estar juntas, ¿ok?

Me apoyo con la mano en la pared y consigo caminar hasta el final del callejón. Llevo en todo momento mi mano en mi estómago apretándolo para parar el dolor.

- ¿Me lo prometes?

- Te lo prometo, Dae. No te preocupes hallaré la forma para verte.

- Te quiero Danbi – gruño de pura frustración mientras noto como las lágrimas desciende por mi mejilla.

- Yo también te quiero Dae.

El teléfono se estrella con estrépito contra el suelo. Mi cuerpo se desploma bruscamente al suelo. Respiro con dificultad y noto como los ojos se me cierran lentamente. Me aprieto el estómago conteniendo mi dolor.

Cierro los ojos pensando en mi hermana. Veo su sonrisa en la oscuridad que me rodea y dejo que mi cuerpo y mente se desvanezcan en ella.

*

- Tiene el estómago completamente rojo e hinchado. Quien fuera que le pegó sabía lo que hacía.

- Tenemos que ayudarla.

- ¿Por? ¿A caso ella ha hecho algo por nosotros?

- ¡Estúpido desgraciado! ¿Ahora alguien tiene que hacer algo por ti para que lo salves?

La cabeza me da vueltas. Las voces que consigo oír suenan como pitidos dentro de mis oídos.

- Me... duele...

- Lo sé, preciosa. Enseguida te sentirás mejor.

Noto mi cuerpo flotar en el aire. El frío me despierta y el agudo dolor que siento me hace estremecerme. Mi garganta está seca y me cuesta hablar. Mis ojos tardan en responderme y cuando lo hacen, lo único que consigo ver son manchan oscuras con formas ovaladas.

- ¿Cómo es posible que estés viva? – parpadeo con insistencia y observo el interior del coche dónde me encuentro.

- ¿Puedes escucharme? – la cara de V se me acerca con delicadeza. Asiento.

- ¿Quién te ha hecho esto? – mi vista se fija en los chicos de mi alrededor. Todos ellos me miran con curiosidad excepto uno, que por lo que puedo ver, se deleita con la vista de la carretera.

- No lo puedo decir – trago con dificultad y me aprieto el estómago con fuerza.

- ¿Te ha amenazado?

- Nadie lo ha hecho.

Me muerdo la lengua evitando llorar. El dolor del estómago se intensifica. Me contengo lo mejor que puedo.

- Yo soy V – el chico de pelo naranja me sonríe con calma.

- Jin – el chico sentado al lado de V se presenta.

- Yo, J-Hope y ellos son Jimin, Jungkook, Suga – el castaño me señala uno por uno a sus compañeros – y él es Rap Monster.

Todos me sonríen amablemente excepto él. Todos me transmiten seguridad excepto él, sin embargo, ninguno me atrae tanto como él.

- Danbi.

- Encantado Danbi – V se arrodilla delante de mí – ¿Nos contarás ahora quién te ha pegado?

- No puedo decirlo – fijo mis ojos en los de V –. Si lo hago, perderé lo más importante en mi vida.

La camioneta se sumerge en un estado de silencio sepulcral. Nadie parece querer hablar o nadie es lo suficientemente valiente como para dar el primer paso.

- Ya la habéis escuchado. No va a soltar prenda – Rap Monster se baja de la camioneta recién aparcada. Se apoya en la puerta corredera y me señala con el dedo –. Ya hemos hecho la obra de caridad del día, así que puede irte.

- ¿Obra de caridad? Si realmente queríais salvar a una pobre chica inocente, deberíais haber salvado a otra. El infierno hace tiempo que me espera con los brazos abiertos.

Con las pocas fuerzas que me quedan consigo salir de la camioneta sorprendiéndoles. Me posiciono al lado de Rap Monster. Le miro a los ojos con rudeza.

- Te he visto por el instituto, pero parece ser que tu personalidad es muy distinta, ¿no, Namjoon? – su cara se hierve de la furia. Su mano me aprieta la muñeca con fuerza. Me contengo para evitar mostrarle mi dolor.

- No te atrevas a llamarme así, mocosa. Nadie tiene el derecho de hacerlo.

- Los derechos existen para violarlos.

- ¡¿A caso, quieres morir estúpida?! – su agarre me duele como si me estuvieran retorciendo las entrañas.

- ¡Suéltala! – la voz de V resuena en el eco de la noche.

- Desde hace mucho tiempo deseo estarlo – su expresión se relaja y su mano cesa el agarre.

Me tambaleo hacia atrás y observo el dolor en los ojos de Namjoon. Me doy la vuelta y camino con lentitud por la acera. Al segundo paso mi cuerpo se vuelve a desplomar en el suelo, no obstante, no noto el frío pavimento contra mi piel sino unos fuertes brazos agarrarme con fuerza.

- Bienvenida al infierno Danbi – su voz me llega antes de perder el conocimiento. Bienvenido a ti también, Namjoon. 

HELL ➳ Rap MonsterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora