Capítulo 7

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-Debiste haberme llamado- dijo serio- pude haber ido contigo.

-No hubiera querido hacerte verme en aquella condición, créeme, era espantosa- bromeé. Chris sólo sacudió la cabeza.

-No puedo creer que haya dicho eso.- murmuró

-Tranquilo, creo que se la regresé bien.

-Entonces tendrás que cumplir tu palabra- dijo- vas a pasar aquí más días, de ahora en adelante. Y haremos un plan para las seleccionadas. Incluirá rutinas que tú ya has practicado, y las repasaremos, tu y yo. Sólo tu y yo.

-Eso estará bien.-sonreí

-Claro que lo estará. Y entonces tu hermano se pondrá molesto hasta no poder más. Y tendrá que llorar como tu lo hiciste, por que de lo contrario..

-No harás daño a tu príncipe- recalqué- aunque estés molesto, no permitiré que le toques un pelo.

-Ojalá el pudiera verte así- sacudió la cabeza irónico- defendiéndolo después de que te trató como lo hizo.

-Creo que ya ha sido suficiente de él, deberíamos empezar a trabajar

-Si, será lo mejor.

Nos sentamos en el suelo con una libreta y un bolígrafo. Recordamos los primeros bailes que había ensayado con el y mis clases. Conforme los recordaba, íbamos anotando en la libreta. Ordenamos todo de los más importantes, hasta lo más secundario. Queríamos que esas chicas se volvieran expertas en bailes y modales. Decidimos parar cuando nos pareció correcto. Concluimos que con el paso de las clases, iríamos definiendo que cosas eran más difíciles para ellas e idearíamos un plan más completo.

Pasé al menos 3 horas allí. Después de terminar el trabajo, solo platicamos de trivialidades. Bailamos por diversión e incluso reímos con algunos pasos patéticos que íbamos inventando. Fue más ameno de lo que pensé.

-Gracias por mejorar mi día, Chris.

-El placer es todo mío.

Le di un abrazo antes de irme. Me sostuvo el tiempo que necesité; no recordaba la última vez que había abrazado de aquella manera a Andrew, o a papá, o nadie.

Al separarme de él, ví una pequeña sonrisa en su rostro.

-Hasta luego, Chris.

-Hasta pronto, Alteza.

Salí de ahí y volví a mi trabajo. Estuve con el señor Campbell todo el día.
En algún momento, me di cuenta de lo mayor que parecía él. Ya no era tan joven como antes, y se le veía un poco estresado. Tenía entendido, el tenía la edad suficiente para ser mi abuelo.

-¿Sucede algo, alteza?

-Para nada- mentí- creo que la selección me ha pillado en mal momento.

-Eso le pasa a todos- rió, mientras se recostaba en su asiento-  aún recuerdo la selección de sus padres.

-¿En serio?- yo también me relajé un poco.

-Por supuesto que sí, ¡como olvidar cuando tu madre venció a todas de la noche a la mañana! - sacudió la cabeza divertido- creo que, si ella se lo hubiera propuesto antes, la selección habría finalizado en una semana.

-Mamá es grandiosa, sólo que no se había dado cuenta de que lo que sentía por papá era más grande.-concordé.-  Y papá no había notado que ella estaba ahí.

-Pero lo hizo momentáneamente.

- Era imposible no hacerlo, tiene encanto.

-Te pareces mucho a ella, ¿sabes?

La Selección (Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora