Capítulo 8

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Yannik estaba acostado en una manta sobre el suelo. Debido a que no había podido verlo últimamente, me escapé un momento y tomamos algunas mantas, comida y refrescos para hacer nuestro propio día de campo.

-¿En qué piensas, Ada?- preguntó.

-En nada, ¿y tú?- di un mordisco a mi manzana.

-Supongo que en Andrew.

-¿Qué piensas de él?

-Es muy alto- rió- pero creo que últimamente ha estado muy extraño.

-Qué raro- suspiré.

-¿Es por qué está molesto contigo?- preguntó como si estuviera a punto de encender una bomba. Me sorprendió ver que él se había dado cuenta, antes que mamá y papá de la tensión entre nosotros.

-¿Cómo sabes eso?- pregunté

-Lo escuché en tu puerta la otra noche- dijo, casi en un susurro- había tenido pesadillas, e iba a tu habitación cuando lo ví.

Me dolió ver que por las palabras de Andrew, él estaba sufriendo también.

-No estamos enojados cariño, sólo que no queremos hablar de momento, hay algunas diferencias que tenemos.

-Pero, ¿aún lo quieres?

-Claro que sí- afirme, su preocupación era como una bala- lo quiero tanto como a ti.

-Tú me amas- dijo riendo.

-Sí- reí- te amo.

Cuando la noche comenzó a aparecer, y los rayos fueron escasos, no nos quedó otro remedio mas que volver a entrar. De camino a el palacio, escuché unas risas. Eran de unas chicas.

Cuando por fin pude ver quienes eran, distinguí a Lady Fiorella y Lady Danielle.

  Así que allí estaba yo, hecha un asco, manchada de tierra y despeinada con dos jovencitas totalmente arregladas ante mi.

Ambas, al vernos a mi y Yannik, se quedaron de piedra, pero al instante hicieron una reverencia

-Buenas tardes, señoritas.

-Alteza, no sabíamos que estaba por aquí- mencionó Lady Fiorella, sorprendida, quizá lo que menos esperaba era encontrar a la amargada princesa.

-Bueno, a nosotros también nos gusta pasear en los jardínes.- sonreí

- Los jardines son preciosos.- concordó Danielle.

-Si, deberías verlos de noche, las luces los hacen parecer místicos.

-Aunque los bichos no son nada genial- aportó Yannik.

-Tomaré eso en cuenta- sonrió a mi hermano.

-Nosotros recién venemos de un día de campo, íbamos adentro a preparnos para la cena. - mencioné, aquella plática no era incómoda.

-Eso suena maravilloso, hasta hace poco no me había atrevido a salir, pero Fiorella me animó, y no me arrepiento; su palacio es hermoso, alteza.

-Si, creo que necesitábamos despejarnos un poco, y este lugar era perfecto.- acordó Fiorella.

-¿La competencia ha resultado agotadora?- pregunté, ambas asintieron con ganas

-Totalmente, creo que jamás había visto a tantas chicas de esa manera- mencionó Fiorella.

-¿De qué manera?- pregunté.

-Bueno...- comenzó Fiorella, agachó un poco su cabeza; los pocos rayos del sol impactaban en su cabello rojo. Se dió cuenta que estaba metiendo la pata.

La Selección (Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora