Capítulo 28

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No sabía si el dolor provenía de las fuertes pastillas, o por todo mi llanto derramado. Lo único que sabía era que estaba en el desayuno junto con mi familia. Andrew, lucía más feliz que el día anterior, cuando golpeó a Bryce. Me había estaba resultando tentador contarle todo aquello a él, pero sabía que sólo por sospechar que me usaba, ya lo había agredido. No quería ni imaginar lo que podría hacerle una vez que lo confirmara. Así que en lugar de decir una palabra,  me mantuve sonriendo ante cada comentario de mamá. Al parecer, era la única que podía hablar sin problema. Papá aún lucía contrariado por la tremenda regañina que nos había puesto el día anterior, y Yannik, bueno. Jamás había sido un gran conversador.
Lo único que pude agradecer fue que mamá no mencionara a Bryce, y por un momento me alegré de que Andrew le metiera un puñetazo, porque esa era precisamente el golpe la razón por la que mamá no trajera el tema a colación.

En ese preciso momento, justo cuando mamá terminaba una de sus interminables observaciones, Neidym asomó su cabeza por las puertas. Eso bastó para llamar la atención de todos. Ella hizo un gesto hacia mamá, señalando con la cabeza a las Seleccionadas, quienes se percataron de esto. Danielle y yo cruzamos una rápida mirada.

-Cielos, se me hace un poco tarde.- se excusó mamá

-¿Para qué?- cuestioné yo. Si mamá y Neidym tenían algo entre manos sobre la Selección, estaba claro que no me habían dicho.

-Nada cariño. Es algo acerca de las chicas. Nada importante .- tranquilizó, al tiempo que se despedía de papá.

-Aún así, yo debería ir- dije más como una regañina que una sugerencia. Me estaban excluyendo deliberadamente de una obligación mía, y no me gustaba para nada.  Sumada con las clases que Chris dijo que tendría con ellas, ya iban dos ocasiones que me dejaban fuera.

-No es necesario. Es mejor que te concentres en tu trabajo, en estos momentos.

Aunque sus palabras fueron suaves, sus intenciones no. Me dió la impresión que no era sólo papá el que pensaba que mi trabajo de momento estaba siendo absurdo. Me tragué las ganas de replicar, y acepté la situación de la manera que debía hacerlo: como una dama.

-De acuerdo-dije. Ella me lanzó una sonrisa consoladora, y se fue.

En esos momentos, mis hermanos me veían con algo de pena. Pero mantuve la cabeza alta. Me dije a mi misma que era por mi orgullo, no porque de lo contrario, la tiara se me hubiera resbalado.

-¿Qué pedirás de cumpleaños?- preguntó Yannik, intentando animarme .

-Cierto - concordó Andrew- es en un par de días, ¿alguna petición especial?

-Mi deseo es el mismo- añadí animada, aunque sabía que eso jamás pasaría- me gustaría ir a esquiar. Quizá puedas añadir eso a mis regalos.

Andrew río detrás de su vaso de zumo de naranja, pero Yannik quedó confundido.

-Pero en Ángeles jamás cae tanta nieve.- arrugó la frente- es casi imposible .

-Eso es verdad - le dí la razón - podrás llevarme a las montañas del norte, en ese caso.

El negó rápido, como si yo le pidiera la luna.

-No dispongo de tantos recursos- añadió rápidamente, preocupado - Quizá deberías conformarte con una carta este año.

Yo solté una carcajada, al igual que papá y Andrew.

-Está bien- dije, dando por finalizada mi presencia- me conformaré con un abrazo tuyo.

Me despedí de ellos, dando un beso a todos, y volví a mi despacho. Yannik, a veces simplemente me hacía sentir de mejor humor con sólo hablar. Él jamás lo pretendía, ni lo intentaba mucho. Pero lo lograba.

La Selección (Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora