- Dos nudos rojos -

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Cuenta una leyenda oriental que estamos destinados a conocernos con otra persona por medio de un hilo rojo que tenemos atado al meñique. El hilo nunca se rompe, es infinitamente largo y por mucha distancia que nos separe de esa persona nunca se tensa. Es un complemento más de nuestras vidas, algo que está con nosotros desde el mismo momento en el que el Abuelo de la Luna nos puso el mismo día de nuestro nacimiento. No importa lo que tardes en coincidir con el otro extremo de tu hilo, ni importa si está en la otra punta del planeta, porque el hilo es paciente y fuerte, y espera y lucha contra los obstáculos que pases hasta que el momento especial llegue.

La leyenda china narra:  

"Hace mucho mucho tiempo, un emperador se enteró de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa, quien tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino y la mandó traer ante su presencia. Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara ante la que sería su esposa. La bruja accedió a esta petición y comenzó a seguir y seguir el hilo. Esta búsqueda los llevó hasta un mercado, en donde una pobre campesina con una bebé en los brazos ofrecía sus productos. Al llegar hasta donde estaba esta campesina, se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse de pie. Hizo que el joven emperador se acercara y le dijo: «Aquí termina tu hilo», pero al escuchar esto el emperador enfureció, creyendo que era una burla de la bruja, empujó a la campesina que aún llevaba a su pequeña bebé en brazos y la hizo caer, haciendo que la bebé se hiciera una gran herida en la frente, ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza.

Muchos años después, llegó el momento en que este emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y llegó el día de la boda. Y en el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entró al templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente... Al levantárselo, vio que ese hermoso rostro tenía una cicatriz muy peculiar en la frente."

Nunca he creído en estas cosas, aunque sí que he fantaseado con todas y cada una de ellas... Pero puedo asegurar que esta leyenda me parece tan real desde el momento cero en el que llegaste a mi vida que me hace replantearme las cosas y empezar a creer en este tipo de anécdotas, al fin y al cabo, las leyendas tienen algo de real, ¿no? Y tú y lo que siento por ti es más real que todas ellas juntas.

Mil veces te puedo mirar que en ninguna de ellas entenderé como se puede ser tan bonita, dulce y delicada a la vez que fuerte y luchadora. Mil veces que te digo que te quiero, que te amo, que eres lo mejor que me ha pasado nunca y mil veces que me siguen pareciendo pocas palabras para explicarte, de una vez, todo lo que me haces sentir.

Y es que me haces tan feliz... Me haces volver a la niñez en una edad ya adulta... Me haces sentir que vuelo, que rozo el cielo, que no hay ningún sitio mejor si no estoy entre tus brazos... Me ayudas, me cuidas, me proteges, me animas... ¿Cómo voy a poder agradecer todo lo que has hecho por mí en estos años? ¿Cómo voy a poder explicarle al mundo que la vida siempre ha sido difícil para mí pero que llegó alguien que lo convirtió todo al color de rosa? ¿Cómo puedo no dar la razón a mi sonrisa cada vez que te miro y siento que no podría estar mejor?

¿Que si soy feliz? No, felicidad no es suficiente para explicarlo, no creo que se remonte sólo a la felicidad. Estoy enamorada, soy una enamorada, tengo tanto amor que me sale por los poros, porque no es posible que después de todo este tiempo y cada vez que te miro sienta que no hay nada más bonito que mis ojos puedan contemplar. Bonita durmiendo, bonita comiendo, bonita bostezando, bonita de mañanas, bonita en la ducha, bonita frente a un espejo, bonita cuando te ríes, bonita cuando sonríes, bonita cuando me hablas, bonita cuando dices te quiero, bonita cuando dices te amo, bonita al existir. Incluso bonita cuando lloras.

Bonita...

...al ser...

...tú.

Te quiero, mi otro extremo rojo.

YuanfenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora