De nuevo, el corazón me va a mil por hora, la presión sanguínea se acelera a ritmos que antes no conocía, la vista se me nubla y empiezo a sentir que voy a desvanecerme.
Intento controlarme.
No es el lugar.
No es el momento.
Inspira, profundo, cuenta hasta tres.
Manténlo, cuenta hasta tres.
Expira, profundo, cuenta hasta tres.
Manténlo, cuenta hasta tres.
Pasará, en algún momento tu cabeza hará click y la angustia desaparecerá.
Pero te sigues ahogando, como en un círculo vicioso del que no eres capaz de salir. Te ahogas, te mueres por salir de ahí, por escribirle, por ir a verle, por saber si todo le va bien, si te echa de menos y si todo lo que está pasando lo sufre de la misma manera.
Tu mente juega contigo y te planta, con papel y lápiz, mil versiones del presente y en todas y cada una de ellas sales perdiendo, derrotada, sin fuerzas y sin ganas de seguir caminando.
Click
Vuelves al presente. Tus amigos te rodean, hablan entre ellos, se ríen y beben cerveza. Miras la tuya, con cara pálida y, temblando, intentas cogerla para darle un trago.
"¿Estás bebiendo mucho, no crees?"
Mi mente sabe enfadarse conmigo, sabe lo que no debo hacer y me lo repite mientras doy dos tragos de cerveza.
Intento sonreír, hacer creer que sigo ahí, que a parte de mi cuerpo, mi alma está presente. Pero mis ojos quieren llorar, se vuelven más húmedos de lo normal y miro hacia abajo. No lo hagas, no te tortures, no aquí.
Levanto la cabeza, intento diatraerla.
.
.
.
.
.Y la angustia vuelve...
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Yuanfen
Short StoryMi vida hecha arte. Mis días hechos prosa. Mis sentimientos plasmados en papel. Disfruta.